¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Martes 15 de Julio, Neuquén, Argentina
Logo Am2022

Trump cumplió con Israel y ahora espera la respuesta de un Irán humillado

Estados Unidos destruyó las principales instalaciones nucleares de Fordow, Natanz e Isfahán. Ahora se espera la respuesta de un Irán que fue golpeado como nunca. 

Domingo, 22 de junio de 2025 a las 08:40
PUBLICIDAD
Netanyahu está decidido a cumplir sus objetivos de guerra con o sin Trump
El ayatolá Khamenei solo negociará si Isreal frena los ataques

Al cumplirse la primera semana del conflicto armado entre Israel e Irán era clave mirar con especial atención, para entender la dinámica que podía tomar la guerra, los próximos pasos que iba a dar Estados Unidos. Y Donald Trump decidió intervenir militarmente junto a Israel y cumplió con un objetivo tan puntual como decisivo: destruir el sitio de enriquecimiento de uranio de Fordow, construido dentro de una montaña al sur de Teherán, punto vital para las aspiraciones nucleares de Irán. También golpeó las instalaciones nucleares de Natanz y Isfahan según anunció el propio Trump por redes sociales.

Durante un discurso tras los ataques, el presidente de Estados Unidos dijo que las principales instalaciones de enriquecimiento nuclear de la República Islámica “han sido total y completamente destruidas”. Si esto se confirma Estados Unidos ayudó de manera decisiva a Israel a alejar por décadas a Irán de una bomba atómica. Trump dejó contento y tranquilo a Bibi Netanyahu, quien sabía que, si Fordow sobrevivía a la guerra, el programa nuclear de Irán también lo haría.

El premier israelí quería que Trump se decidiera a atacra y que lo hiciera lo más rápido posible.  En una de sus últimas intervenciones públicas, el presidente de Estados Unidos había dicho que necesitaba 15 días para evaluar su decisión final. Tenía lógica: primero quería asegurarse que sus masivas bombas antibúnker, que nunca se usaron en guerras, destruirán de manera determinante la instalación nuclear de Fordow, la más fortificada de Irán. Parece que lo hicieron.

Las opciones que tenía Trump

Ahora Trump piensa en lo que viene porque no quiere que esta decisión arrastre a Estados Unidos a una guerra prolongada en Medio Oriente. Esto iría en contra de sus objetivos en política exterior, que están bien claros: terminar de desenganchar a Estados Unidos de los conflictos globales y concentrarse en la disputa hegemónica con China. No quiere seguir poniendo dinero ni recursos en guerras lejanas. Por ahora no tuvo éxito ni en Ucrania-Rusia ni en la de Israel y Hamas.

Si bien es verdad que Trump puede haber manteniendo esta ambigüedad sobre sus decisiones como una estrategia para ejercer más presión sobre Irán, lo cierto es que siempre tuvo sobre la mesa todas las opciones: la diplomática, que gestiona su enviado especial Steve Witkoff, quien está en comunicación directa con el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, y la militar. Sin embargo, no eran excluyentes, porque tenía en claro que si se involucraba directamente en la guerra, intentaría, apenas terminada la operación, volver a la mesa de negociación. Eso es lo que ya les propuso a los iraníes cuando hablo después del ataque a las tres instalaciones nucleares.

Ahora llega el momento de ver cómo reaccionará Irán que quedó muy debilitado ante la humillación de ver en llamas su sueño nuclear. Además de seguir golpeando Israel, los ayatolás podrían optar por tirar del mantel y buscar regionalizar o hasta internacionalizar el conflicto, llevándolo a una guerra híbrida, activando acciones terroristas como ciberataques o que alteren la economía global dentro y fuera de la región. En esa debilidad iraní está entonces la mayor amenaza para Estados Unidos, para Israel y para todos.

Irán tiene a mano el estrecho de Ormuz, donde pasa un quinto de la producción de petróleo mundial. Si ataca a los barcos que pasan por allí o, peor aún, si lo cierra, impactaría en la economía global. El otro gran riesgo es que Irán busque perpetuar el conflicto para hacer invivible la vida de millones de israelíes, lanzándoles todos los días una lluvia de misiles. Estamos atravesando una época de guerras eternas: la de Ucrania y Rusia, en el corazón de Europa, ya lleva tres años y medio. Se trataría de un escenario insoportable para Israel.

La urgencia de Israel

Netanyahu consiguió lo que quería:  Trump lo acompañó en esa decisiva operación en Fordow, Natanz y Isfahan y también lo hizo rápido. Ahora deberá acelerar para terminar lo que todavía tiene que hacer en Irán. No le conviene prolongar el conflicto por dos razones: la primera tiene que ver con su sistema de defensa antiaérea, que es el mejor del mundo, pero también es limitado. Por ahora detuvo a la gran mayoría de los misiles balísticos iraníes, pero está gastando más de los que puede fabricar para detenerlos. El temor del gobierno israelí es quedarse sin misiles antiaéreos antes que a Irán se le acabe su arsenal. Israel ya está dosificando sus lanzamientos para interceptar prioritariamente aquellos que apuntan contra zonas pobladas e infraestructura sensible.

Por otro lado, Israel no puede esperar mucho mas porque su población, que apoya férreamente la campaña militar contra Irán, es la que peor la está pasando. Nunca antes en la historia del país habían estado tanto tiempo bajo una lluvia de misiles tan potentes y letales como ahora.

Es verdad que, durante los últimos quince años, hasta el 7 de octubre de 2023, las poblaciones del sur del país fueron acosadas por el grupo terrorista Hamas con un incesante y casi diario bombardeo de cohetes que hicieron insoportable la vida cotidiana. Pero ahora los ataques golpean y destruyen las ciudades más importantes del país, centros económicos, políticos y espirituales donde vive la mayor parte de la población israelí. Ya sabemos el impacto que las guerras generan en la opinión pública en las democracias, que pueden hacer cambiar apoyos incondicionales por críticas intensas en pocos días. El gobierno de Israel, consciente de este posible desgaste, ya está advirtiendo que la campaña militar puede ser larga.

Luego de la intervención de Estados Unidos, el conflicto entra en una nueva etapa. Todos esperan la reacción de Irán que revelará hasta donde quiere llevar el gobierno de Teherán este conflicto. Despues de darle el golpe mas fuerte de su historia, Trump les dijo a los iraníes que si o si sentarse a negociar se tienen que sentar a negociar para terminar con la guerra.  Lo hizo a su estilo: “Habrá paz o una tragedia mucho mayor para Irán”. Son los ayatolas los que decidirán ahora si se rinden o redoblan apuesta.

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD