En 1985 una pareja de andinistas logró hacer cumbre en el volcán Tupungato pero, al bajar, perdieron la vida. Cuarenta años después, una emocionante travesía que incluyó a parte de la familia de uno de los fallecidos ayudó a cerrar un ciclo.
Guillermo Vieiro (44) y Leonardo Rabal (20) llegaron a la cima de la montaña de 6.570 metros, lo que la hace una de las más grandes de toda la cordillera de Los Andes. Sin embargo, en la bajada cayeron y fallecieron los dos. Formaban parte de la expedición otras ocho personas, y sus cuerpos fueron recuperados y devueltos a las familias.
En febrero de 2024, cuarenta años después de la tragedia, dos guías de montaña encontraron una antigua mochila atrapada por el hielo del enorme volcán. Gabriela Cavallaro y Oswaldo Freire vieron que sacarla iba a ser imposible en ese momento, pero sí alcanzaron a llevarse una herramienta de senderismo, conocida como piolet, y una cámara de cine Kodak Super 8.
De vuelta en Mendoza, los guías pudieron comprobar que las cosas en cuestión pertenecían a Vieiro. Tras enterarse, Cavallaro buscó contactarse con las hijas de Guillermo -Azul y Guadalupe-, para darles noticia del descubrimiento.
La expedición de las hermanas Vieiro
Entre los días 14 al 25 de febrero de 2025, las hermanas hicieron su viaje al Tupungato, para finalmente ellas mismas poder desencajar la mochila. Fueron acompañadas por Gabriela, la misma guía que dio con el tesoro por primera vez y seis personas más, entre los que habían dos documentalistas y arrieros locales. La expedición recorrió alrededor de 100 kilómetros de ida y vuelta.
Dentro de la mochila, entre otras cosas, encontraron un aislante térmico, un saco de dormir, una chaqueta, una cuerda, mosquetones, una cantimplora, aspirinas y tres piquetas.
Con la mochila de vuelta, su familia cierra un episodio que tardó cuarenta años en resolverse. Guadalupe y Azul, quienes tenían 9 meses y 4 años, respectivamente, al momento que Guillermo perdió la vida y pudieron entender a su padre y conocer más su orígen.