Turismo Patagónico
Huinganco: El Jardín Secreto del Neuquén
A los pies de la Cordillera del Viento, rodeada de montañas y bosques de pinos, es una aldea pintoresca digna de visitar en el norte neuquino.A tan solo unos kilómetros de Andacollo y a poco más de 400 de la capital neuquina, se esconde un verdadero paraíso natural: Huinganco. Conocido como "el jardín del Neuquén", este pintoresco pueblo cautiva a quienes lo visitan con su belleza agreste y su tranquilidad en el norte neuquino.
Ubicado a los pies de la Cordillera del Viento, Huinganco ofrece un paisaje de contrastes impresionantes: montañas, bosques, ríos y valles. Su clima templado y húmedo favorece el desarrollo de una verde vegetación, que convierte a esta localidad en un oasis en medio de la estepa patagónica.
Su nombre es una palabra de origen mapuche compuesta por los vocablos: huingán, nombre de un arbusto nativo (Schinus montanus) y có: agua, vertiente, arroyo, formando la expresión: arroyo de los huinganes o donde hay huinganes.
¿Qué hacer en Huinganco?
Para los amantes de la naturaleza, Huinganco es un destino imperdible. Senderos bien señalizados invitan a explorar los alrededores, mientras que los ríos y arroyos son ideales para la pesca deportiva y el kayak. Los más aventureros pueden ascender al Cerro La Corona, un desafío que recompensa con vistas panorámicas inolvidables.
Pero Huinganco no solo es sinónimo de aventura. Los visitantes también pueden disfrutar de la tranquilidad de sus calles, visitar el vivero provincial y conocer el proceso de producción de las coníferas que caracterizan a la zona. Además, la gastronomía local, con productos frescos de la región, es otro de los atractivos de este pueblo.
Huinganco es el lugar ideal para quienes buscan escapar del ruido de la ciudad y conectarse con la naturaleza. Sus paisajes, su tranquilidad y su gente amable hacen de este pequeño pueblo un destino único en la provincia del Neuquén.
¿Cómo llegar a Huinganco?
Para llegar a Huinganco desde Neuquén Capital, se debe tomar la Ruta Nacional 22 y luego la Ruta Provincial 43. El recorrido es de aproximadamente 470 kilómetros y combina asfalto y ripio. Si bien el viaje es largo, las vistas panorámicas y la posibilidad de conocer otros pueblos en el camino hacen que valga la pena la aventura. La cordillera siempre será la protagonist en el camino.