La sequias y las altas temperaturas impulsaron la compra de GNL en las regiones de Asia y Sudamérica.
Brasil debió aumentar su importación de GNL por la mayor sequía registrada en los últimos 91 años. La falta de lluvias obligó a reducir drásticamente la producción de energía hidroeléctrica e importar durante este año niveles récord de GNL.
Según el informe publicado por Bloomberg, el país administrado por Bolsonaro debió triplicar las importaciones provenientes de Estados Unidos para aumentar la generación térmica a gas y equilibrar el déficit de energía que está generando la sequía.
En cambio, en China, Japón y Corea del Sur, las altas temperaturas impulsaron el consumo de energía eléctrica por el uso del aire acondicionado y consecuentemente las compras y los precios spot del GNL.
Otro dato que no pasó desapercibido fue la operación comercial que debió realizar Pakistán ante la posible crisis de energía. En julio acordó comprar GNL en los niveles más altos registrados desde que ese país comenzó a importar el combustible en 2015.
En síntesis, los países asiáticos por las temperaturas y Brasil por la sequía compiten en el mercado mundial por los cargamentos de GNL.
Con la alta competencia por cargamentos de GNL en Asia y Sudamérica, la reposición de los inventarios en Europa se ha vuelto una tarea difícil. Según el informe, el mes pasado el mercado europeo registró el nivel más bajo de una década.
En este contexto, la falta de lluvias y nieve en la cordillera durante esta temporada obligó a declarar la emergencia hídrica en Argentina. Este escenario aventura la posibilidad de que este verano el país deba compensar la generación hidroeléctrica con la generación térmica; y consecuentemente, continuar importando GNL a precios altos por la demanda que se generará en el hemisferio norte.