¿Y 8° MANDAMIENTO?
Le robaron un costoso equipo streaming en la Catedral
Realizaba una prueba para transmitir en vivo por internet y en un descuido se lo sacaron de adentro de un bolso.En el medio de unas pruebas para poder transmitir en vivo desde adentro de la Catedral Nuestra Señora del Carmen, el joven realizador se confió de que estaba bajo la protección divina y dejó a solo unos pasos de donde estaba un bolso con costosos equipos para realizar streaming. Cuando giró para buscar un monitor que estaba en el interior, ya no estaba. Alguno de los fieles que estaban dentro de la iglesia cabecera de la diócesis del Alto Valle lo agarró y se lo llevó.
Ante la desesperación por el robo del monitor Atomos Shinobi, que tiene un costo en el mercado de unos 133 mil pesos, Alan Romero comenzó una búsqueda en las redes sociales. Apuntó a que el ladrón no sabría darle el uso correspondiente y que lo podría llegar a ofrecer a un costo bajo para venderlo rápidamente. En sus distintas cuentas publicó lo que le sucedió y la noticia repicó en las redes de otros realizadores, quienes se solidarizaron con el colega en desgracia.
El hecho sucedió el pasado martes por la tarde, en un horario donde no mucha gente concurre a la Catedral de Mitre y Sarmiento de Roca, por eso habían organizado hacer la prueba de streming en ese momento. El realizador audiovisual cree que alguien ingresó y aprovechó el descuido para llevarse el monitor que es fundamental para la realización de ese tipo de transmisiones en vivo por internet.
Aunque en el momento de la pérdida se enojó con Dios por lo sucedido. El viejo refrán popular reza que "Dios aprieta pero no ahorca", y algo de razón tuvo, ya que cuando pensaba que sería imposible recuperarlo alguien se comunicó con él para decirle que tenía un dato importante sobre dónde estaba el monitor robado.
Así fue como durante la tarde del miércoles coordinó un encuentro con la persona que le ofreció información y pudo recuperar el valioso equipamiento laboral. De acuerdo con la información suministrada, dos jóvenes se presentaron en el local de un técnico de celulares y se lo ofrecieron por 10 mil pesos, sin saber claramente de qué se trataba el equipo que tenían en sus manos. Aunque en un primer momento el técnico no se mostró interesado, los delincuentes fueron bajando el valor y se lo dejaron varios miles de pesos más barato, hasta que aceptó comprarlo.
Al conocer la noticia e identificar a la víctima del robo, el comprador decidió llamarlo y entregarle el pequeño monitor de poco más de 5 pulgadas.
Lo curioso de la situación, además de creer que en la casa de Dios nadie roba, es que en el interior de la Catedral hay instaladas una buena cantidad de cámaras de seguridad, pero cuando pidieron tener acceso a las grabaciones, los encargados le confiaron que ninguna funciona, por lo que no pudieron identificar a los ladrones.