Mientas los brigadistas permanecen en los cuarteles a la espera que el viento les de una tregua, el posible inicio del fuego estaría detectado. Si bien la Justicia tiene en sus manos la investigación, algunos se animan a señalar con nombre y apellido al desaprensivo que dejó prendido un fogón el pasado domingo, tras una exclusiva excursión en gomones a una cascada del brazo Tristeza del lago Nahuel Huapi.
Fue el lunes a las 4 de la mañana, que una columna de humo alertó sobre el fuego en el brazo Tristeza; y hubo que esperar a que amanezca para sobrevolar la zona y confirmar que había un incendio forestal. Inmediatamente comenzó el trabajo de los brigadistas en el combate en el terreno con 50 bomberos y desde el aire con dos helicópteros.
El martes la situación se complicó porque el viento obligó a evacuar la ladera del cerro. No se podían brindar garantías de seguridad a los bomberos que debieron ser rescatados en embarcaciones. La lluvia de la tarde y la madrugada trajo un cierto alivio, pero nuevamente el viento les impidió a los brigadistas regresar durante la jornada de hoy.
Los especialistas explicaron que el fuego avanza rápidamente y el cálculo de 400 hectáreas consumidas se amplió, pero por las fuertes ráfagas tampoco se puede verificar la zona afectada desde el aire. Los helicópteros no pueden operar, el lago está muy picado y las embarcaciones tienen problemas a la hora de trasladar al personal. Y por si esto fuera poco, las características del bosque, con lengas muy altas, coihues y cipreses, hace que la tarea de los brigadistas sea muy peligrosa. Los enormes árboles se están quemando por dentro y se desploman.
Mientras las llamas continúan avanzando en una zona en la que habitualmente no transita el grueso de los turistas, Parques Nacionales realizó una denuncia que ya está en poder de la Justicia Federal. Las distintas versiones indican en que unos cinco gomones llegaron al sector donde comenzó el fuego. Los turistas comieron y se fueron, pero el fogón no fue debidamente apagado.
Nadie lo confirma de manera oficial, pero responsabilizan a un experimentado conocedor de la zona, un ex montañista que ahora es prestador de servicios turísticos. Sus excursiones son para un grupo selecto de visitantes, extranjeros que pagan en billetes verdes para recorrer las aguas del majestuoso Nahuel Huapi hasta llegar a la una cascada del brazo Tristeza y allí bajan a contemplar el paisaje. También a comer carnes asadas al fuego de leña, poco cocida y bien jugosa acompañada por un buen vino. Un placer único.
Pero hay un detalle poco contemplado, es que en el brazo Tristeza, como en gran parte de los bosques patagónicos, está prohibido encender fuego por el inmenso riesgo que se genera. Pero no todos los prestadores lo respetan. En las redes sociales se pueden ver fotos de la promoción que realizan sobre este tipo de paseos.
El domingo pasado, luego de comer, los turistas se fueron. También los empleados de la agencia de turismo y las brazas quedaron encendidas. Se cree que el viento reavivó el fuego que llegó hasta las cañas colihue que están secas. Una vez que encienden, el bosque queda a merced de las llamas. El incendio se propagó rápidamente.
El Comando único que coordina el combate contra el fuego está esperanzado en que mañana cambien las condiciones meteorológicas. Los pronósticos anuncian probabilidades de lluvias y la mejor noticia es que el viento disminuirá considerablemente y las ráfagas más intensas no superarán los 15 kilómetros por hora. De esta manera los helicópteros podrán volver a operar y los 50 brigadistas a trepar por las laderas para combatir el fuego.