Un raptor de más de 90 millones de años de antigüedad, fue hallado en las márgenes sur del embalse Ezequiel Ramos-Mexía. El hallazgo da lugar a nuevas interpretaciones sobre el origen de las aves y resulta de importancia mundial.
El descubrimiento fue hecho durante el verano del 2018 por un grupo de paleontólogos, técnicos y estudiantes del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados. Además por la Fundación de Historia Natural “Félix de Azara” y el CONICET. La Secretaría de Cultura de Río Negro es la autoridad de aplicación de la Ley 3041 que protege yacimientos arqueológicos y paleontológicos.
Entre los valiosos fósiles hallados por los investigadores se encontró un puñado de huesos que se reconoció como pertenecientes a un raptor totalmente nuevo. Los raptores fueron un grupo de dinosaurios carnívoros ágiles y veloces, bien conocidos por los populares Velociraptor de la saga de películas de Jurassic Park.
El Overaptor fue un dinosaurio de tamaño pequeño. No habría superado el metro y medio con huesos delgados y frágiles, con una extraña semejanza a los de las aves actuales
Los investigadores analizaron los restos del animal, y concluyeron que se trata de una nueva especie a la que denominaron Overoraptor chimentoi en relación con el color de sus huesos y en homenaje del Dr. Nicolás Chimento quien encontró los primeros restos en el campo.
Los huesos recuperados develan que el Overoraptor fue un dinosaurio de tamaño pequeño. No habría superado el metro y medio de longitud. Y de huesos excesivamente delgados y frágiles, con una extraña semejanza a los de las aves actuales. Al igual que las aves, los brazos del Overoraptor eran capaces de moverse de manera acompasada para conseguir mayor balance y precisión a semejanza de las alas de aves voladoras