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Martes 08 de Julio, Neuquén, Argentina
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Sobrevivió a las torturas y reveló el nacimiento en cautiverio del nieto recuperado

Alicia Partnoy se enteró del nacimiento del hijo de Graciela Romero cuando ambas estaban secuestradas en el centro clandestino de detención "La Escuelita" de Bahía Blanca. 

Martes, 08 de julio de 2025 a las 02:51
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Alicia Partnoy mantuvo un encuentro casual con Graciela Romero en el centro clandestino de detención de Bahía Blanca después que ésta tuviera a su hijo en cautiverio. Graciela sigue desaparecida.

“La alegría no me cabe en el cuerpo por el hallazgo del nieto 140”, escribió en su cuenta de Facebook, Alicia Partnoy, desde Los Angeles, Estados Unidos, donde vive actualmente y es profesora de Lengua y Literatura en la Universidad Loyola Marymount.Esta escritora y activista en derechos humanos recibió este lunes emocionada la noticia de la recuperación del nieto 140 que Abuelas de Plaza de Mayo informó en una conferencia de prensa realizada en el auditorio de la Casa por la Identidad, ubicado en el espacio de memoria que funciona en lo que fue el centro clandestino de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

Se trata del hijo que Graciela Romero tuvo entre la noche del 16 y la madrugada del 17 de abril de 1977 en el centro clandestino de detención “La Escuelita“ de Bahía Blanca donde permaneció en cautiverio y desde entonces se encuentra desaparecida como también su esposo Raul Eugenio Metz, de 23 años. Ambos habían sido secuestrados en diciembre de 1976 en Cutral Co, provincia de Neuquén y trasladados al centro clandestino de detención “La Escuelita” de Neuquén.

Al momento de su secuestro, Graciela tenía 24 años y estaba embarazada de cinco meses. Tenían una hija, Adriana, que tenía un poco más de un año cuando sus padres fueron secuestrados en forma ilegal por las fuerzas represivas. 

Raúl Metz y Graciela Romero fueron secuestrado en Cutral Co en diciembre de 1976.

Partnoy fue quien supo que el hijo de Graciela, ahora recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo, había nacido en el centro de detención y torturas de Bahía Blanca y apropiado por algún integrante de las fuerzas represivas. También otros secuestrados y sobrevivientes supieron del nacimiento del varón en una casilla rodante que estaba en el patio del centro clandestino. El avanzado estado de embarazo de Graciela no pasó desapercibido para sus compañeros de cautiverio que la recuerdan a través de los años como "la embarazada" que daba vueltas alrededor de una mesa.

Partnoy fue quien supo que el hijo de Graciela, ahora recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo, había nacido en el centro de detención y torturas de Bahía Blanca y apropiado por algún integrante de las fuerzas represivas.

A Graciela y a su hijo, los captores, les permitieron permanecer solo unos pocos días juntos.  Por error de los guardias, Partnoy se encontró de manera casual en el baño con Graciela. Pudo verle la cara por unos pocos minutos, pero los necesarios para que le alcanzara a decir que el niño estaba bien. "Pude hablar después del parto con ella cuando salía del baño y me dijo que era un varón y eso también lo confirmó un guardia que me dijo que uno de los militares se lo iba a llevar y que habían comprado ya ropita para bebé", precisó.

Así declaró Partnoy en una de las audiencias de los Juicios por la Verdad llevadas a cabo en 1999 en la Cámara Federal de Bahía Blanca para esclarecer el destino final de las personas que fueron secuestradas ilegalmente durante la dictadura y permanecen desaparecidas.

Graciela estuvo un mes en la casilla rodante antes de tener a su hijo. Unos días después del nacimiento fue sacada de ese lugar y desde entonces se encuentra desaparecida. 

Alicia Partnoy compartió cautiverio con Graciela Romero.

Desde comienzos de los años 80, Partnoy denunció ante los tribunales internacionales y nacionales la desaparición del matrimonio Metz y de su hijo, presuntamente apropiado por uno de los interrogadores de La Escuelita de Bahía Blanca que no tenía hijos y quería adoptar. Su testimonio fue vital para la reapertura de la causa. 

Por error de los guardias, Partnoy se encontró de manera casual en el baño con Graciela. Pudo verle la cara por unos pocos minutos, pero los necesarios para que le alcanzara a decir que el niño estaba bien. "Pude hablar después del parto con ella cuando salía del baño y me dijo que era un varón y eso también lo confirmó un guardia que me dijo que uno de los militares se lo iba a llevar y que habían comprado ya ropita para bebé".

Partnoy era militante de la Juventud Universitaria Peronista y estudiaba Literatura en la Universidad Nacional del Sur en Bahía Blanca. Estudió desde el año 1973 hasta 1976 pero no pudo recibirse debido a su secuestro el 12 de enero de 1977 junto a su esposo Carlos Sanabria. Al llegar al centro clandestino que dependía del V Cuerpo del Ejército de Bahía Blanca, se encontró con Graciela y Raúl, ambos de Cutral Co.

"Supe que eran pareja porque cuando podían intercambiaban palabras para decirse que estaban bien", dijo Partnoy. A Metz se lo llevaron a fines de enero y nunca más se supo de él. Según le confió uno de los guardias, había sido trasladado a Neuquén. 

El testimonio de su encuentro con Graciela Romero en el centro clandestino de detención de Bahía Blanca también fue expresado por Partnoy en julio de 2021 durante una de las audiencias del juicio a represores en Neuquén. En esa ocasión explicó que "pude hablar muy poco con Graciela porque estaba muy atemorizada. Nos golpeaban cuando hablábamos y había sido torturada severamente durante su traslado desde Cutral Co a Bahía Blanca".

Adriana Metz junto a Estela Carlotto, este lunes cuando anunciaron la recuperación del Nieto 140.

"En ese momento me habían permitido ir a la cocina a lavar los platos y me hicieron lavar una ensaladera verde donde decían que iban a bañar al bebé o para el parto", describió. Recordó que "el guardia (Arsenio) Lavallén, al que apodaban El Zorzal, me dijo que él había ayudado en el parto porque sabía de partos de animales porque no podían localizar al médico o al enfermero".

Hace unos años, Adriana contó que gracias al testimonio de Partnoy -a quien la llama tía- "pudimos saber que nació mi hermano, que es varón y el día de su nacimiento".

El 4 de diciembre de 1981, Alicia –que había logrado sobrevivir a las torturas físicas y psicológicas y exiliarse en los Estados Unidos– envió una carta manuscrita a la casa de los abuelos Metz para contarles que su nieto había nacido el 17 de abril de 1977. Oscar leyó la nota en voz alta. Sin que él lo supiera, Adriana escuchó también. Se escondió detrás de una heladera. En esa carta, Partnoy les contaba que había hablado con Graciela, quien le dijo que había tenido un hijo varón y que estaba sano.
 

 

El encuentro

El dato llegó a través de una denuncia anónima. Abuelas investigó y pasó la información a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi). También intervino la Unidad Fiscal Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado (UFICANTE).
En abril, la Conadi contactó al hombre de 48 años, que había sido criado como hijo único por dos civiles. Él aceptó testearse en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) para comprobar si era hijo de detenidos-desaparecidos. El procedimiento se hizo a pesar de que tanto la Conadi como el BNDG están siendo desmantelados por el gobierno nacional.
El viernes, la Conadi le informó al Banco Nacional de Datos Genéticos los resultados de los análisis. Ese mismo día, Manuel Goncalves Granada –nieto, secretario de Abuelas e integrante de la Conadi– llamó al Nieto 140 para darle la noticia. Recién al día siguiente, Goncalves fue al encuentro de Adriana para darle la noticia. “Ella reía y lloraba. Flotaba en el aire como una libélula”, dijo en la conferencia de prensa de este lunes cuando se anunció la recuperación del Nieto 140. 

Graciela Romero y Raúl Metz tenían una hija, Adriana, de un año cuando fueron secuestrados por las fuerzas represivas. La mujer estaba embarazada de cinco meses.

El momento del secuestro del matrimonio Metz

Graciela Romero estudió Economía hasta que se casó con Raúl Metz. Él había nacido el 24 de agosto de 1953 en Bahía Blanca. Tenía un hermano gemelo; por eso, se había ganado el apodo de “Melli”. Los dos hermanos tenían militancia política y terminaron presos en la cárcel de Bahía Blanca y en el penal de Devoto. Al tiempo, Raúl conoció a Graciela. Ambos se sumaron al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).

Raúl trabajaba en el ferrocarril, como su papá y su hermano. Después de sufrir un intento de secuestro, se fue a buscar suerte a Cutral-Co. Consiguió un trabajo en una empresa constructora y tras él fueron Graciela y Adriana, que había nacido en octubre de 1975.

El 16 de diciembre de 1977, un grupo de tareas integrado por el Ejército y la policía de Neuquén irrumpió en la casa en la que vivía la pareja con su hijita de un año y unos pocos días. Se llevaron a Raúl y a Graciela, que cursaba un embarazo de cinco meses.  Graciela y Raúl continúan desaparecidos.

Los represores dejaron a Adriana con un vecino. “Tomá, criala como si fuera tuya. No abras más la boca”, le aconsejaron. El hombre, por el contrario, contactó a la familia. Los abuelos Oscar y Elsa fueron a buscarla a Neuquén y la llevaron a Bahía Blanca para que creciera con ellos. 

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