Ni bellos, ni durmientes. Nadie quiere, nadie elige vivir así. "No son de Neuquén, son de otras provincias", dijo el intendente de Neuquén Mariano Gaido días atrás. Lo cierto es que en la ciudad cada vez hay más indigentes que revisten las calles de habitaciones improvisadas y por momentos hay pasajes que parecen Buenos Aires.
"Hay cuatro personas durmiendo dentro de la ETON, otras cuatro personas durmiendo afuera y al menos cuatro más en el pasaje de Caídos de Malvinas", anunció Carolina Pinto, movilera de AM550 en La Primera Mañana. Las estadísticas indican que en Neuquén hay al menos 200 personas que viven en la calle y la situación no parece tener una pronta solución.
Con la llegada del frío buscan asilo donde el rocío no les maquille los rostros de la helada y la violencia de la noche en la calle no les atrofie el corazón. Algunos lo atribuyen la situación a falsas promesas de trabajo mientras otros exigen mano dura para limpiar la ciudad.
¿Darles asilo como hacen en Córdoba con refugios o regresarlos a sus provincias como hace el municipio de Mar del Plata con la policía?
El debate que hoy en día inunda a la provincia es qué hacer ante esta nueva fauna citadina. Por un lado las atribuciones de la belleza urbana y la vida en sociedad, por el otro lado las consideraciones vinculadas a las condiciones en las que viven estas personas que en muchos casos tienen familia.
"Es producto de Vaca Muerta y de una imagen que no es. El 90% de esta gente viene de otras provincias", avisó Gaido en conferencia de prensa semanas atrás. "Vamos a tratar de acompañar a las personas que vienen de afuera, pero entendemos que no es nuestra responsabilidad", explicó el intendente.