La semana pasada (el 1 de octubre), un grupo de brigadistas de Neuquén y Río Negro partieron rumbo a Córdoba para sumarse a la enorme lucha contra los incendios que conmueven al país. Alejo Salamanca, jefe de “Incendio, Comunicación y Emergencias” (ICE) del Parque Nacional Lanín, nos contó cómo es el día a día de la lucha contra el fuego en condiciones adversas.
“Nos pidieron entre 10 y 14 días. Fueron 6 del Parque Nacional Lanín y un contingente de alrededor de 50 personas de toda la Patagonia”.
“Apenas nos avisan, nos comunicamos con la gente del lugar y por lo que pudimos averiguar, las condiciones son extremas: mucha sequía, mucho combustible predispuesto (esto quiere decir que está muy seco) y cualquier comportamiento puede ser explosivo”.
“La idea es trabajar con lo que se tenga. Se puede apagar con agua -autobombas, hidrantes, tenemos equipos de bombeo para incendios forestales-; se toma agua de ríos, diques, piscinas… También se puede apagar con herramientas forestales, son como palas con filo, muy livianas y que soportan altas temperaturas”.
“En general, no se trabaja de noche, menos aún con condiciones extremas. Se comienza a trabajar muy temprano, que es cuando más baja está la temperatura y hay más chances de apagar un incendio”.
“Se trabaja a requerimiento de lo que se necesite. Si te dicen `hay que defender una casa` o `hay que proteger un bosque de pinos`, eso se hace”.