SUSTENTABILIDAD

Mauro Bercovich: “Nuestro corazón es el mar y el río nuestras venas”

Dirige una pyme neuquina dedicada a la sustentabilidad y asegura que cada persona genera 1,5 kg de basura por día. “O sea, un pueblo que no recicla, acumula y pierde”.
lunes, 12 de septiembre de 2022 · 11:05

Por Hernán Di Menna

 

La pandemia funcionó como una bisagra en la vida de las personas. Comenzó incluso a circular la versión optimista dentro de tanta angustia de que “de ésta salimos mejores”. A Mauro Bercovich, titular de Ecopet Patagonia lo catapultó: le puso el pecho, la creatividad y el conocimiento para centrarse en lo que lo desvelaba hace tiempo, la conciencia ecológica. Y así fue golpeando y abriendo puertas para ir llegando a sus objetivos: formar una empresa, una pyme que nuclee a activistas con los municipios para la limpieza de suelos, aguas y basurales.

 

“Nací en Neuquén, aunque viví en varios lugares, y alrededor de los 19 años tomé conciencia de lo que estaba pasando a nivel planeta y cada vez que me sobraba tiempo iba a limpiar el rio o pintar tachos de residuos, todo como acciones individuales. Ahí empecé a absorber procesos de otros lugares, a contactarme con otros locos como yo y a copiar acciones y modelos de gente que le iba bien, que estaban haciendo las cosas bien. Ahora ya con 43 años cada vez somos más lo que estamos con esta movida verde y creo que soy un puente para lo que está viviendo. No generacional, el cambio es urgente, es ahora. Este verano vamos a tener 2 grados más, el mar tiene más agua, vemos en la Cordillera arriba todo más seco”, describe Mauro con preocupación.

Pero se planta ante el desafío: “fui metiéndome cada vez más para pelear contra la economía lineal, soy ahora una de las cabezas del activismo que tiene acciones reales, o sea, si mostramos remediamos, no vamos a mostrar nada que no vamos a remediar”.

 

¿Cómo llegaste a organizar acciones comunitarias?

Para mí la pandemia fue un antes y un después, y para mucha gente, para los distraídos. Todavía tenemos muchos distraídos, mucha gente que no piensa en la ecología, no piensa en separar residuos, solo está pensando en pagar la factura todos los meses, y lamentablemente no somos ajenos a todo eso. La remediación del suelo y el agua que es donde más nos enfocamos, para las pequeñas ciudades es indispensable. El 50% de nuestra basura es orgánica y todos generamos 1,5 kg de basura por día. Imaginate en un municipio de 140 mil habitantes tenés 2.200 toneladas al mes. O sea, un pueblo que no recicla, acumula y pierde.

 

¿Cuáles son los objetivos puntuales de tu emprendimiento?

Tenemos las ideas claras. El objetivo es el saneamiento del agua, limpiar los basurales a cielo abierto y fomentar la economía circular. En el agua lamentablemente tenemos mucho microplástico. En Mar del Plata y las costas bonaerenses tenemos un promedio de 130 a 160 partículas por litro en superficie, según datos del Conicet. Y la Patagonia no puede llegar a ese punto. Es lo que hablo con los intendentes, y lo que les digo a los vecinos a donde vamos. La tarea es separar la basura, como plásticos, redes de pesca, bolsas y llevarlo a las cooperativas de reciclaje. La idea es generar recursos con la basura que estamos recogiendo. Y si se pudiera comprar antes de que caiga al mar, sería mejor todavía.

 

El 50% de nuestra basura es orgánica y todos generamos 1,5 kg de basura por día. Imaginate en un municipio de 140 mil habitantes tenés 2.200 toneladas al mes. O sea, un pueblo que no recicla, acumula y pierde.

 

¿El concepto de economía circular es el punto de partida?

Claro, esa es la base. Que lo que utilices tenga otra vida más, que no tengas que ir a comprar de nuevo. Como la ropa, que es lo que más contamina con la microfibra. Los basurales a cielo abierto hay que limpiarlos a todos. Hay 5 mil en el país. Nosotros somos un modelo, no vamos a poder ir a todos, pero queremos llegar a uno cada dos meses a aportar nuestros conocimientos y ayudar a tomar conciencia. Tiramos una iniciativa y mostramos que se puede. Entre todos se puede. Desde Ecopet Patagonia queremos que se propague primero acá y después en todos lados, como un modelo. Bariloche tiene uno de los basurales a cielo abierto más grandes de Sudamérica. En el norte neuquino también. Entonces es urgente una gestión de residuos para ponerle fin a esto. En eso laburamos.

 

¿Qué puede aportar la educación a todo esto?

Es fundamental. Por eso laburamos en la educación ambiental y tratamos de tener más información que cualquiera a nivel Nación. Información pesada: cómo reciclar aceite, qué diferentes tipos de plástico hay y cómo tratarlos. Y damos esas charlas en los lugares donde vamos.

 

Cada vez más, las ONGs se nuclean para trabajar juntas. ¿Cuál es el contrapunto con los municipios?

Tenemos de todo: algunos te dicen ´charlatán´ otros te ayudan. Pero los apoyos se basan solo en lo que ellos pueden. Tenemos en claro que no se puede pedir lo que no tienen o lo que no está disponible para el momento. Las acciones son ahora. Si no hay maquinaria la traemos de otro lado. Y ya contamos con mucho apoyo de Prefectura Naval Neuquén, la Policía y Bomberos.

 

¿Cómo resultó la última acción en la provincia?

Llevamos 19 ya y esta última fue un mensaje para toda la Patagonia. El 25 de agosto nos visitaron los amigos de Río Tigre de Villa La Ñata, Buenos Aires, y nos bajaron su experiencia. Por ejemplo, que organizar la recolección de basura y otras actividades, allí implica que a veces la gente termine con gastroenteritis, o sea, te llegan esos puntos altos de contaminación de las grandes urbes. Estuvimos en la Costa del Golfo, Vintter, Pozo Salado, La Caleta, Bahía Creeck. Y en el basural a cielo abierto en el ingreso del Río Negro al Mar. Hicimos una remediación bastante exhaustiva. Los basurales se llenan de atrás para adelante a medida que se van acumulando y lo del fondo tenía más de 20 años, todo eso volátil iba al mar. Priorizamos entonces tapar la voladura, la parte antigua, erosionada con máquinas, topadora, palas cargadoras, camiones volcadores. A esa acción del día 27 de agosto estaba invitado todo el pueblo. Nos levantamos con vientos de 40 km, no se pudo hacer la parte de educación ambiental y faltó mucha gente. Pero nos dio gusto que los pocos que estuvieron se rompieron el lomo. Eso fue un mensaje.

 

Les toca trabajar también fuera de Neuquén, ¿cómo ves a la provincia con respecto a otros lugares?

Al pueblo neuquino le digo que empecemos a pensar en el recurso hídrico y cuidarlo, y que la transición no empiece cuando las cosas revienten. Esto arranca en la población, cambiando los hábitos de cada uno, empezar a depender menos de los recursos fósiles. Tenemos que empezar a revertir esa situación. Estamos a tiempo.

 

Se trata de generar conciencia en cada una de estas acciones, ¿cierto?

Desde EcoPet Patagonia creemos que sí. Es un palazo en la frente. Hacemos un laburo de shock, son trabajos al palo, con mensajes que golpean. Es tiempo de alzar de la voz por el ambiente, no hay que ser pesimista, hay que accionar y disfrutar del proceso de sanación. Yo jugué al rugby hasta los 30 años, y para mi cada activismo es como un tercer tiempo, lo siento de la misma forma.

 

 

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