El fin de semana se realizó en la ciudad de Neuquén la edición 2023 del Festival Audiovisual Neuquén (FAN), organizado por la Municipalidad con el apoyo de instituciones públicas, privadas y del INCAA. Durante esta segunda edición del festival de cine (la primera fue el año pasado) se presentaron más de más de 700 obras de todo el país, de las cuales se proyectaron 59 en competencia y 14 fuera de competencia.
Y, en casi todas las categorías se inscribieron producciones audiovisuales patagónicas, lo que demuestra que la producción audiovisual en la región viene en franco crecimiento. Una de ellas, fue el corto de animación “Pájaro” de Carlos Montoya que ganó en la categoría Animaciones Breves del Festival.
“Yo realizo animación a pequeña escala, autogestionada y artesanal. Si bien es una técnica cinematográfica, mi trabajo es más parecido al de un artista plástico, y los recursos que necesito, prácticamente los tengo en mi casa”, afirma.
ALTO VUELO CREATIVO
Pájaro es un corto de 4 minutos de duración inspirado en una microficción llamada Premonición, de Norah Scarpa Fílsinger, una escritora tucumana contemporánea. “Me atrapó principalmente el tratamiento de la idea y su estructura circular. Cuando pensé en llevarla a la animación, asocié enseguida esa recursividad narrativa con la técnica de animación con arena, por las transformaciones que permite el material” explica Carlos, quien desarrolló el trabajo desde su localidad, Aluminé.
“Comencé a hacer unas pruebas sobre el texto original, pero luego me di cuenta que no quería hablar de lo mismo y trabajé sobre el guión, quedándome con la estructura y con cierta idea de base para contar otra historia” asegura.
“Una vez finalizada la animación en 2D, trabajé sobre una mesa de vidrio esmerilado, iluminada de abajo y con la cámara en posición cenital. El software de animación me permitía ver, por debajo de la imagen de partículas, el dibujo que había realizado previamente y me servía de guía”, detalla.
Desde que este realizador autodidacta hizo el primer boceto hasta la exportación final del trabajo final, pasaron siete años y fue un largo proceso “porque es un trabajo artesanal que realizo en mis tiempos libres”, cuenta.
Una vez finalizado el proceso de animación, un amigo músico también residente en Aluminé, se encargó de sonorizar el video. “La idea era que el corto no tuviera sonido diegético, sino que fuera la música la que jugara con las imágenes y, por los componentes de la historia, se utilizaran instrumentos de viento. Así fue que Gonzalo del Castillo musicalizó el corto, trabajando en varias pistas y construyendo una narración sonora sobre las imágenes” cuenta Carlos sobre la música de la obra.
DE ALUMINÉ AL FAN
Carlos Montoya es oriundo de Coronel Pringles pero, desde el año 2001, se radicó definitivamente en la localidad neuquina de Aluminé. Es docente en el sistema público y, desde hace al menos 13 años, comenzó a realizar animación con Stop Motion de forma autodidacta.
Su primer trabajo en la animación, lo hizo en el año 2005 junto con Norma Núñez, una compañera del área de plástica. “Realizamos un proyecto de animación en la escuela rural de Carri Lil, que presentamos en el ANIMA de Córdoba como trabajo de taller. Para mí fue una gran puerta al mundo de la animación”, recuerda Carlos y explica que fusionó lo audiovisual con su formación plástica, también autodidacta. “Desde entonces, pude desarrollar cuatro cortometrajes que fueron participando en festivales nacionales e internacionales y algunos han recibido reconocimientos que han sido muy alentadores para seguir trabajando” comenta sobre la participación en festivales de cine.
Para Montoya, “El cine es una actividad compleja y colectiva. Lamentablemente, no es mi experiencia. Yo realizo animación a pequeña escala, autogestionada y artesanal. Si bien es una técnica cinematográfica (y cuando se trabaja con muñecos, prácticamente requiere todas las áreas de una producción de cine), mi trabajo es más parecido al de un artista plástico, y los recursos que necesito, prácticamente los tengo en mi casa”, afirma.
En cuanto a su experiencia en el FAN Carlos asegura: “fue muy linda y enriquecedora, tanto para mí como para todas las personas con las que pude compartir. Los festivales son muy importantes para la producción de cine. En principio son una manifestación de la cultura popular. Son espacios donde podemos ver cine y conversar con las personas que gestaron esa obra. Eso es muy valioso”.
También reconoce que “Es una lástima que los festivales no lleguen al interior. Y para quienes realizamos audiovisuales es un espacio de intercambio y enriquecimiento privilegiado. Me siento muy agradecido por la invitación y por haber podido asistir, que no siempre me es fácil”.
“Los premios son muy alentadores y se reciben con enorme agradecimiento, pero la posibilidad de encontrarse, conocer gente que está en lo mismo y poder intercambiar y compartir ya es una experiencia más que valiosa” finalizó.
FAN
La segunda edición del FAN se desarrolló en Neuquén del 25 al 29 de octubre y ya se anunció la tercera edición para el 2024. Desde la organización aseguraron que este año, el festival superó en números y propuestas al anterior, por lo cual se espera que año a año el FAN se consolide como uno de los espacios fundamentales de encuentro para el mundo del cine en la Patagonia.