Con la llegada del frío, los hogares se transforman: se encienden estufas, se usan más los hornos y pasamos más tiempo adentro. Todo esto tiene una consecuencia directa en nuestra factura de electricidad. Frente a este escenario, encontrar formas de reducir el consumo sin resignar confort se vuelve clave, especialmente para muchas familias que deben hacer malabares con el presupuesto mensual.
El consumo eléctrico suele dispararse en invierno, y no solo por los calefactores. Cocinamos más, usamos más el microondas o el horno, y hasta cargamos más dispositivos porque pasamos más horas en casa. Por eso, hacer pequeños ajustes en nuestros hábitos puede representar una diferencia importante a fin de mes.
Según datos del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), los electrodomésticos más demandantes en invierno son el aire acondicionado en modo calor y los calefactores eléctricos, que pueden llegar a consumir entre 1.000 y 3.000 watts por hora. También es importante considerar que las pavas eléctricas y los hornos consumen mucha energía en poco tiempo.
Entonces, ¿qué podés hacer para achicar el gasto sin pasar frío? En primer lugar, revisar las etiquetas de eficiencia energética: los aparatos clasificados con letra “A” o superior consumen hasta un 50% menos electricidad. Esto aplica tanto a electrodomésticos como a lámparas.
Otra recomendación útil es evitar dejar los dispositivos en modo 'stand by' y siempre desenchufar cargadores cuando no se usen. Aunque no lo parezca, ese consumo “invisible” puede representar un porcentaje significativo al final del mes.
La heladera también merece atención: mantenerla entre 3°C y 5°C y el freezer en -18°C ayuda a optimizar su rendimiento. Además, descongelarla con regularidad evita que el motor trabaje de más. En cuanto a la iluminación, cambiar a lámparas LED puede reducir hasta un 80% del consumo respecto a las incandescentes.
Si usás aire acondicionado para calentar, fijar la temperatura en 20°C es lo más eficiente. Y si vas a cocinar, aprovechá para hacer varias preparaciones de una sola vez y así evitás varios encendidos prolongados del horno o la vaporiera.
Con estas prácticas simples, no solo estarás cuidando tu bolsillo: también contribuís a un consumo más consciente y sustentable. Algunos expertos estiman que siguiendo estos consejos, podrías reducir hasta un 20% en la próxima factura de luz.