Llega Semana Santa y la celebración de Pascuas y, como ya es tradición, San Carlos de Bariloche despliega todo su sabor y color en la Fiesta Nacional del Chocolate, una celebración que expone lo mejor del sabor artesanal, juegos, sorpresas y, como broche de oro, la desafiante elaboración de “la barra más larga del mundo” que este año supera los 220 metros.
Carlos Zapata, maestro chocolatero de Del Turista desde hace casi 30 años, comparte no sólo las actividades de esta fiesta tan esperada año a año, sino también los secretos de por qué Bariloche es casi sinónimo de buen chocolate artesanal. “Ya estamos listos”, afirma.
Siete días chocolatosos
En Bariloche, Semana Santa se disfruta con actividades para toda la familia; una semana de diversión, aprendizaje, alegría y por sobre todo chocolate. Además de disfrutar de salidas típicas de esa ciudad andina, como trekking, los refugios en la montaña, los paisajes y el turismo aventura, es una oportunidad especial para probar los mejores sabores artesanales.
Bajo ese paraguas, el 14 de abril se da comienzo a la Fiesta del Chocolate, la cual se engalana con juegos especiales, el Paseo del Chocolate, espacio de maquillaje artístico, shows de láser y drones, y la presentación de DJ Fer Palacio como broche de oro, entre otras propuestas.
Una de las actividades más esperadas para los peques de las escuelas primarias locales son las jornadas de “Chocolateros por un día”, donde disfrutan de una experiencia educativa y recreativa decorando huevos de Pascuas.
“La verdad que a mí me encanta de todo lo que es la Fiesta del Chocolate”, confiesa Carlos. “Vienen los niños de Bariloche, pasan como 1.800 nenes, van pasando muchos grupos, es muy lindo. Ver a los nenes hacer sus huevitos, llevárselos, algunos se los comen antes porque no llegan, es una linda experiencia para disfrutar”, comenta sonriendo.
El récord más rico
Para el viernes 18, y buscando romper nuevamente el récord mundial, se viene la preparación de la barra más larga del mundo, un total de 220 metros de chocolate que atraviesan más de dos cuadras, en el centro de la ciudad.
“Somos varias chocolaterías y lo que hacemos es juntarnos en la calle Mitre (centro de Bariloche), nosotros siempre estamos en la parte de la arcada del Centro Cívico y como si fuera un partido de fútbol o algo parecido, entramos a la cancha a lo largo de dos calles”, inicia Carlos en su explicación.
Allí, colocada en tarimas y a lo largo de más de 200 metros, “se acomoda como una especie de bandeja, se pone un papel film, y se hacen tres largadas de chocolate: en la punta, en el medio y en el otro extremo. A la cuenta regresiva de 10, cuando llegamos a cero, lo que hacemos es largar por los tres lados juntos el chocolate, y se va expandiendo para los costados y de un lado para el otro. Una vez que está, vamos sembrando o sea tirando lo que es fruta seca, cereales y todas esas cosas”, relata.
Y añade: “Una vez que se solidifica, se corta, se mide y después se reparte a la gente que viene, que son miles de personas”.
La idea de hacer la barra de chocolate “más grande del mundo” nació en 2012, un tiempo después de la explosión del volcán Puyehue (2011) que afectó gravemente a la ciudad, en especial al sector turístico. Se empezó con una preparación pequeña y en las siguientes ediciones se fueron sumando varios chocolateros hasta convertirse en una tradición durante la celebración de las Pascuas. En la actualidad es un atractivo que convoca a miles de turistas y locales.
Según asegura el maestro chocolatero, “nosotros ya dos meses antes de esta fiesta empezamos a hacer todo lo que es Pascuas. Ya dos meses antes se empieza a elaborar todo lo que es en fábrica, todo lo que es huevos, figuras”.
Carlos explica que se encarga de todo lo artesanal y los productos que se venden a granel: “lo mío es el día a día, y para esta fecha, una semana antes dejamos todo listo”, señala. “Y después, bueno, esperar que venga la gente, que viene de todos lados. Por suerte, dicen que hay casi más de un 80% de ocupación”, expresa.
Cuna de chocolate
En la actualidad, Bariloche cuenta con más de 20 chocolaterías y decenas de fábricas que lideran el mercado nacional e internacional. Según los datos, se fabrican entre mil y 1.500 toneladas de chocolate por año, especialmente para consumo interno. Además el sector emplea a miles de trabajadores, directa e indirectamente.
Del Turista, marca pionera en la ciudad y donde Carlos ha sido maestro chocolatero por 29 años, nació de la mano de Benito Secco, inmigrante italiano, que supo incorporar las tradicionales recetas de los Alpes suizo-italianos a la cultura y comercio de la por entonces “aldea de montaña”.
Luego, con los años, la historia es más que conocida y Bariloche es sinónimo de chocolate, no solo por mantener un sabor único y de calidad, sino por ser vanguardistas en nuevos sabores, sorprendiendo a los visitantes.
“Todos los días aparece algo nuevo, siempre surgen ideas: hemos hecho de maracuyá, con licor, de Malbec, de Fernet. Hemos hecho algunas tortitas nuevas, una crema de pistacho. Es como que siempre vas haciendo algo porque el chocolate está todo el día en la cabeza”, manifiesta.
Y sigue: “Como que por ahí se te ocurre, ves algo, cambias ideas. Pero siempre es como que hay algo nuevo para hacer en el mundo del chocolate”.
“Bariloche sigue siendo líder en el sector, sigue creciendo; es la sede natural del chocolate”, finaliza.