Las nanas de la cebolla neuquina

La confrontación política entre el gobierno provincial y el capitalino tuvo otro capítulo, en un contexto nacional y distrital que no da demasiado margen para la pirotecnia política.
sábado, 10 de octubre de 2015 · 21:26

El desmesurado optimismo parece una impostación, y tal vez lo sea. También el abundante pesimismo recalcitrante puede estar en la misma categoría, de realidad forzada al punto de dejar de ser realidad. Pero lo cierto es que Neuquén oscila entre estas dos puntas, con poco margen para sacar conclusiones determinantes. Hay, es evidente, una situación de transición. Y en este tipo de situaciones, ninguna realidad es blanca o negra, pues prevalecen los grises, en una sucesión de pequeñas, sutiles, casi transparentes capas, de insatisfacciones políticas y sociales.

De esta gigantesca cebolla aún indefinida, se van desprendiendo esas finas capas coyunturales. Así, en la última semana se registró una nueva etapa de esa confrontación semipermanente entre el gobierno que administra el Estado provincial con el que administra el capitalino. Desde el gobierno provincial, con o sin venia de Jorge Sapag, coincidieron embates contra el siempre sensible municipio recién revalidado por Horacio Quiroga. Desde el gobierno municipal, se llegó a la conclusión rápida de que no había casualidad posible, sino la continuidad de una posición crítica, y se respondió con esa convicción, conveniente por otra parte para acentuar el perfil independentista que esgrime la administración capitalina.

Pero esto se da en un contexto donde no hay demasiado margen para la pirotecnia verbal de la política. Mientras se acerca la definición nacional del 25, con encuestas que siguen anticipando el triunfo de Daniel Scioli aunque sin la certeza de que sea en primera vuelta, Neuquén no tiene razones para la distensión ni para la confrontación por mero deporte electoralista. Las cuentas de la provincia navegan hacia zonas preocupantes, de bajo fondo, con bancos de corales que pueden dañar la panza de la nave. Los gastos se mantienen o se incrementan, los recursos bajan. Fueron mil millones de pesos menos que los calculados en los recursos, dijo el propio Sapag, resaltando que las obligaciones asumidas no son solo las estrictamente surgidas de la administración central provincial, sino que se expanden a zonas presuntamente independientes, como los municipios, o como el Poder Judicial, que tiene autarquía financiera pero que dos por tres le pide auxilio al Tesoro manejado por el Ejecutivo.

Asumido este déficit evidente, y puesto sobre la mesa por el propio gobierno, se asume también que no está en los planes del Ejecutivo –con la continuidad a cargo de Omar Gutiérrez- plantear la necesidad de un ajuste. Más allá de que igual se haga, silenciosa y disimuladamente, la apuesta política es a redoblar la apuesta hacia ese gran paradigma del neo emepenismo desarrollista, que es la planificación a partir de los vastos recursos albergados hacia el futuro mediato en la formación Vaca Muerta. Eso fue lo que se enfatizó en la última Oil & Gas realizada en Buenos Aires. "Fuimos la atracción principal”, se congratuló Sapag. Cómo no serlo cuando se refleja en títulos desorbitantes, como el sonoro "habrá gas para 500 años” que repercutió desde algunos diarios como una osada serenata del futuro anticipado.

La transición, este es el punto. Además de que es imposible prever cuántos años durará la capacidad cierta del reservorio neuquino, pues depende de una multitud de factores a considerar como hipótesis de futuro, no solo de la cantidad de gas que duerme en las rocas profundas. ¿Cuándo alumbrará ese gas la economía neuquina, actualmente en declive? El cuándo es importante porque la deuda aumenta y los recursos no, porque los gastos aumentan y no los recursos, y porque ningún gobierno es capaz de aguantar mucho tiempo nada más que con una zanahoria delante de la nariz anhelante del burro que lleva la carga.

La contracara de esta realidad del Estado provincial, quiere ser el municipio capitalino. Porque sus finanzas no están comprometidas por deudas (que no tiene) y porque ostenta tal situación haciendo gala de que es la consecuencia de una forma de administrar (distinta al MPN) los bienes del Estado. En esta posición política, esgrimida por Quiroga, está también ahora, sumado, como opción ya para el 2019, Ramón Rioseco. Que seguirá gobernando Cutral Co, más allá de que su hermano José sea el intendente, desde el cargo ominoso y desafiante de Jefe de Gabinete, un cargo a medida para garantizar la continuidad para sí y para los demás, que miraban con cierta desconfianza el nepotismo del subdesarrollo de la familia en la comarca petrolera.

Este eje opositor es el que ha asumido como irremediable el gobierno del MPN, y no está dispuesto a que le sean fáciles las cosas, ni a Quiroga, ni a Rioseco. Sobre todo si se trata de jugar a ver quién tiene el Tesoro (relativo) más grande.

Rubén Boggi

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