¿Quiere recibir notificaciones de alertas?

Sábado 26 de Julio, Neuquén, Argentina
Logo Am2022

La corrupción política en una vidriera burda e irritante

El hecho de la semana, y de las próximas semanas y meses, es el inicio del juicio por la estafa con planes sociales.

Sabado, 26 de julio de 2025 a las 11:06
PUBLICIDAD

Finalmente, luego de reclamos y reclamos para que se juzgue y sentencie como corresponde a los responsables de la maniobra de apropiarse de dinero de subsidios para las personas más necesitadas, en situaciones de extrema vulnerabilidad,  se ha comenzado el juicio que deberá terminar con responsables y condenas.

Ya no se trata de hacer reseñas sobre los plazos de inicio de las maniobras, de tratar de medir en miles de millones de pesos el perjuicio o el botín político, ahora se trata del tiempo de la Justicia. Estamos en el comienzo del desarrollo del juicio por esta parte de la estafa, la primera parte, entre 2020 y 2022. Por cierto, como dato aislado, el perjuicio actual estaría en los 1.200 millones de pesos según la Fiscalía, y solo de esos pocos meses.

Se nos dice que habría una segunda etapa, de períodos anteriores a 2020, y una tercera etapa de otras responsabilidades superiores a la del ministro de Desarrollo Social del período en juicio. O hasta una cuarta etapa, buscando responsabilidades en el banco provincial, en otros organismos públicos de control. La lista es enorme, si se quisiera investigar todo y hasta los cimientos. No sé, soy incrédulo, hasta no ver avances reales en las otras supuestas investigaciones, no puedo dar certeza que se vaya a avanzar más atrás en la maniobra o más arriba en los responsables reales y finales de todo este escándalo.

Corrupción política grotesca, de esto hablamos. Corrupción política. Algunos entienden que esta bestial estafa provocó el fin de la era de gobierno que se extendió por décadas. Algunos entienden que esta bestial estafa provocó la muerte política de muchos dirigentes con expectativas, manchados de manera variada. Ya hemos hablado mucho en estos espacios de lo repulsivo de saber que personas organizadas se apropiaron de dinero bajo la falsa pantalla de atender necesidades sociales. Pero, las primeras imágenes y noticias que se conocen del desarrollo del juicio, llevan la cuestión a otro nivel de irritación.

Los imputados sometidos a investigación y proceso han acudido a todo tipo de estrategias para ejercer su supuesta defensa. Han acudido a consejos de abogados. Han intentado negociar acuerdos. Muchos han logrado evitar el juicio y riesgo de condena efectiva con acuerdos dudosos. Han intentado instalar mediáticamente una versión de victimización o de presiones que habrían recibido y bajo las cuales habrían sido obligados a actuar. Han intentado instalar discursos con un evidente contenido extorsivo, o de motivar inquietud en algunos dirigentes que eran mencionados en escritos o en entrevistas muy pintorescas.

El inicio del juicio, el pasado lunes,  nos ha mostrado con crudeza una imagen patética:  la corrupción política desde un lente de burla, show y circo. Como sociedad impactada y lastimada por estos hechos de corrupción, esperamos con ansiedad el juicio que responsabilice a los delincuentes que hayan pensado, diseñado, implementado y protegido la maniobra. Y nos hemos encontrado con imputados sonrientes,  desafiantes, que han entendido que el juicio es un escenario para mostrarse como actores de comedia de bajo presupuesto y guion malo.

Hemos visto personas distribuyendo impresiones en panfletos en plena sala de audiencia, sonrientes, en una total falta de respeto a los jueces, las partes, los asistentes, la sociedad toda. Hemos visto personas saludando medios de prensa con gestos de victoria, con posturas propias de festejos deportivos o fiestas musicales. Hemos visto a personas vestidas con ropa deportiva, ejerciendo defensas técnicas. Hemos visto abogados que parecen aprovechar la difusión mediática como una vidriera de su estilo de trabajo, que no parece tener ninguna relación con la imagen social general que se tiene y se espera del ejercicio de esa función.

Hemos visto conductas propias de un piso de circo, ajenas totalmente a un ámbito judicial llamado a producir la prueba que permita sostener una condena ejemplar para los responsables del mayor escándalo de corrupción política de la provincia del Neuquén. Por supuesto que cada cual tiene libertad y derecho a mostrarse y ejercer la profesión como quiera, pero no nos pueden negar ni quitar como sociedad y como ciudadanos el derecho a concluir que esa postura es una total y absoluta falta de respeto a la función judicial, a la necesidad de esclarecimiento, al derecho a la verdad y condena.

Este juicio ha sido muy esperado, y es muy necesario. De lo que aquí ocurra dependerá en gran medida el concepto que cada ciudadano tenga de la Justicia, de los poderes públicos, de los protagonistas de este escándalo, de los malos protagonistas y de las buenas personas que han hecho posible que la verdad aflorara.

Ya la corrupción política nos puso en un pantano asqueroso en el que no tenemos porqué estar como comunidad ni como ciudadanos de bien. Ahora esta burda e irritante obra de teatro patético que algunos intentan llevar adelante en el juicio, nos lleva a pozos más nauseabundos, que revuelven las tripas.

Se nos burlan en la cara ¿Será que la corrupción política ya les ha garantizado impunidad y nada grave esperan? ¿Será que los imputados, o al menos algunos de ellos, los más versados en leyes y procesos, tienen la certeza -o algún compromiso vaya a saber de quién- de que ninguna consecuencia grave ni efectiva ocurrirá y aprovechan en momento para divertirse, bromear, hacerse los provocadores? ¿Será que además de corrupción política habrá impunidad?

 

Esperamos que las instituciones se levanten con dignidad y cumplan su rol. Esperamos que los funcionarios y magistrados tengan siempre presente su deber y su juramento, por ellos y por nosotros. Esperamos que los payasos, bufones y monos de circo tengan la sanción merecida, ejemplar, justa en todo sentido. Necesitamos que la Fiscalía Penal sea implacable, que no deje sospecha alguna de la transparencia de su accionar y la profundidad de su investigación y acusación. Necesitamos que las Defensas Penales -publicas y particulares- asuman el rol que les corresponde, de proteger derechos y garantías, no de proteger delincuentes burlones, despreocupados y provocadores.

Necesitamos que los Jueces sigan con atención y compromiso la prueba que se produce, que dirijan con firmeza y seriedad el juicio, que no permitan que se desvíe el desarrollo hacia pretendidos pisos de realities o programas baratos de streaming.  Necesitamos que la corrupción política sea condenada de modo ejemplar y público. Necesitamos que el juicio no se convierta en una vidriera grotesca de personajes irreverentes y patéticos.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD