El 27 de noviembre de 2001, Boca Juniors y Bayern Múnich se enfrentaron en la final de la Copa Intercontinental, disputada en el Estadio Nacional de Tokio, en Japón. El club argentino llegaba como bicampeón de la Copa Libertadores (2000 y 2001), mientras que el equipo alemán era el vigente campeón de la UEFA Champions League, luego de ganarle la final al Valencia de Pablo Aimar.
El partido finalizó 1-0 a favor del conjunto alemán en tiempo suplementario, tras un gol de Samuel Kuffour a los 109 minutos. Sin embargo, el encuentro quedó en la memoria por una serie de decisiones arbitrales que generaron controversias.
El desarrollo del partido: pocas llegadas, mucha tensión
Bajo la dirección técnica de Carlos Bianchi, Boca Juniors mostró un planteo equilibrado. Oscar Córdoba fue clave en el arco, acompañado por una defensa compuesta por Jorge Bermúdez, Walter Samuel y Clemente Rodríguez. En el mediocampo, Juan Román Riquelme lideró la generación de juego.
El equipo alemán, dirigido por Ottmar Hitzfeld, contaba con jugadores de renombre como Oliver Kahn, Samuel Kuffour, Willy Sagnol, Bixente Lizarazu, Paulo Sérgio, Giovane Élber y Claudio Pizarro. A pesar del dominio territorial, le costó generar situaciones claras de gol.
Las polémicas arbitrales
A los 45 minutos, Boca quedó con 10 jugadores tras la expulsión de Marcelo "Chelo" Delgado, quien recibió la segunda amarilla por una supuesta simulación frente al arquero Oliver Kahn.
En el segundo tiempo, Sérgio cometió una dura infracción sobre Riquelme en mitad de cancha, que incluyó una plancha y un codazo. El árbitro danés Kim Milton Nielsen no sancionó la jugada ni mostró tarjeta.
En el minuto 109, luego de un córner, Kuffour convirtió de rebote. Boca reclamó una infracción de Giovane Élber sobre Clemente Rodríguez en la jugada previa, pero el árbitro convalidó el tanto.
Revancha pendiente: Boca y Bayern se reencuentran
Este viernes a partir de las 22, Boca Juniors enfrentará nuevamente al Bayern Múnich por la segunda fecha del Grupo C en el Mundial de Clubes. El contexto es distinto, pero el recuerdo de 2001 sigue presente.
Ahora, con Juan Román Riquelme como presidente del club, el cruce ante el conjunto bávaro se presenta como una oportunidad simbólica de revancha, más de dos décadas después.