La nueva ola de coronavirus en el Reino Unido y Sudáfrica originada por las variantes del virus COVID-19 tiene en alerta al mundo. Según los primeros datos estas cepas son más contagiosas, pero menos letales. Investigaciones recientes consideran que la transmisión del virus por el aire se potenciaría con la expulsión del humo del tabaco.
Guillermo Espinosa, presidente de la Asociación Argentina de Tabacología (ASAT) explicó al portal Todo Noticias que “las personas fumadoras tienen más chances de enfermar” y el riesgo aumenta “por andar en la calle sin barbijos mientras fuman”. El especialista agregó que “las partículas en el humo que exhalan pueden llevar el virus a más distancias que una respiración común”.
Siguiendo esta línea, la asociación española Nofumadores.org considera además entre las medidas para no propagar el virus se incluye la prohibición de fumar en calles y terrazas cuando la distancia de 10 metros no se puede respetar. Según cita el portal español La Vanguardia la distancia de dos metros es insuficiente en la actualidad y deben ser eliminados inmediatamente. Lo mismo ocurre con la “costumbre de fumar caminando por la calle”.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los fumadores sean mayormente los más vulnerables ya que manipulan los cigarrillos y el contacto de estos con los labios. “Si respiramos el humo de cigarrillo exhalado por otro, estamos inhalando el aire que estuvo en los pulmones de otra persona”, dijo William Ristenpart, profesor de ingeniería química de la Universidad de California en Davis, que investiga los mecanismos de propagación de los patógenos. Y aclaró: “Y, por lo tanto, uno puede estar inhalando partículas respiratorias cargadas de virus, que no están compuestas de ceniza, como el humo, sino de mucosas”.