Un recuerdo que ahora estremece. En 2017, durante una charla sobre gestión de riesgos en el sector agropecuario, Bernardo Ariel Seltzer usó una imagen familiar para ejemplificar lo más valioso que tenía en la vida: su esposa, Laura Fernanda Leguizamón, y sus dos hijos, Ian e Ivo. “No arriesgo nada que no quiera perder. No quiero perder a mi familia”, dijo frente al auditorio. Ocho años más tarde, la tragedia fue inevitable.
El miércoles pasado, Seltzer, consultor agropecuario, fue hallado muerto junto a su esposa y sus dos hijos en el departamento familiar de Villa Crespo. Todo ocurrió en el sexto piso de una torre ubicada sobre la calle Aguirre. Fue la empleada doméstica quien encontró los cuerpos, alrededor de las 13:30.
La escena fue desgarradora. No había signos de violencia externa, y en la cocina se halló un cuchillo ensangrentado y una carta escrita por Laura. También se confirmó que la mujer estaba bajo tratamiento psiquiátrico, y había mostrado señales de desestabilización en las semanas previas.
Una declaración que ahora suena profética
Durante el Congreso Argentina Supermercado del Mundo 2017, Seltzer habló sobre el manejo de riesgos desde una perspectiva personal. En la pantalla del evento proyectó una foto de Laura abrazando a sus hijos sobre un par de rollers, y dijo:
“Tengo dos hijos hermosos, una esposa amorosa, fantástica, agradezco muchísimo a la vida tenerla y haberla encontrado... ¿Qué hago con mi familia, que es uno de los bienes más preciados que tengo? Me comporto como hay que comportarse para no arriesgar lo que no quiero perder”.
En ese momento, nada hacía prever un conflicto familiar grave. Incluso, en marzo de este año, Ariel había compartido en Facebook una foto junto a su esposa en un evento, ambos sonrientes y de gala.
Los indicios de una tragedia anunciada
La investigación apunta a que Laura asesinó a su esposo y a sus hijos antes de quitarse la vida. Su cuerpo fue hallado en el baño con una herida en el corazón. Según la autopsia, fue la última en morir y no presentaba signos de defensa, lo que refuerza la hipótesis de un triple crimen seguido de suicidio.
En la cocina, la policía halló una carta con frases desordenadas y perturbadoras. “Todo mal, fue mucho. Los amo. Todo mal. Muy perverso”, habría escrito Laura antes de morir.
Fuentes cercanas al caso informaron que estaba bajo tratamiento psiquiátrico y que su estado se había deteriorado en las últimas semanas. La empleada doméstica incluso había notado cambios: Laura se mostraba irritable, pedía que se fuera antes de horario y evitaba ciertos ruidos. Sospechan que habría abandonado su medicación.
La causa está a cargo del fiscal César Troncoso, quien junto a la Policía de la Ciudad intenta reconstruir los últimos momentos de una familia que, al menos en apariencia, era feliz.