Los fanáticos del legendario Studio Ghibli han encontrado una nueva manera de rendir homenaje a sus películas favoritas: convertir sus fotos en ilustraciones con el estilo inconfundible de Hayao Miyazaki. La reciente herramienta de generación de imágenes de OpenAI ha desatado una ola de creatividad en internet, permitiendo a los usuarios transformar sus retratos, mascotas e incluso memes virales en imágenes que parecen extraídas directamente de clásicos como Mi vecino Totoro o El viaje de Chihiro.
El fenómeno, bautizado como "ghiblificación", ha capturado la atención de miles de usuarios en redes sociales. Desde imágenes de gatos convertidos en criaturas dignas de un film de Ghibli hasta reinterpretaciones de icónicos memes, esta tendencia ha generado admiración y asombro en la comunidad digital. Incluso Sam Altman, CEO de OpenAI, se sumó al furor al cambiar su foto de perfil en X (antes Twitter) por un retrato en este estilo.
Sin embargo, el entusiasmo por esta innovadora herramienta no ha estado exento de controversia. La influencia de la inteligencia artificial en la creación artística ha vuelto a poner sobre la mesa un debate ético: ¿es legítimo que los modelos de IA sean entrenados con obras protegidas por derechos de autor sin el consentimiento de sus creadores? Studio Ghibli, famoso por su dedicación al dibujo a mano y la animación tradicional, no ha emitido comentarios al respecto, pero la postura de Miyazaki sobre la inteligencia artificial es bien conocida.
El cineasta japonés, en múltiples ocasiones, ha expresado su descontento con el uso de la IA en la animación. En una entrevista de 2016, describió la tecnología como "un insulto a la vida misma", luego de ver una demostración que presentaba movimientos generados por IA que él consideró carentes de alma. Esta declaración resurge hoy con más fuerza, mientras las redes sociales se llenan de imágenes que imitan su estilo.
A nivel legal, el asunto también genera incertidumbre. Expertos en propiedad intelectual señalan que, si bien un "estilo" no es en sí mismo objeto de derechos de autor, ciertos elementos visuales específicos sí podrían estar protegidos. Si los modelos de IA han sido entrenados con obras de Studio Ghibli sin autorización, la compañía podría tener fundamentos para tomar medidas legales contra OpenAI.
Para algunos artistas, esta tendencia representa una amenaza a su trabajo. Karla Ortiz, ilustradora y activista contra la explotación de la IA en el arte, ha criticado duramente la iniciativa, calificándola como "una explotación del legado de Miyazaki". Argumenta que empresas como OpenAI se benefician del prestigio de grandes estudios sin ofrecer compensación ni reconocimiento a los creadores originales.
Mientras el debate sigue creciendo, la "ghiblificación" continúa expandiéndose en redes sociales. Para muchos usuarios, se trata de una divertida forma de expresión y homenaje, mientras que para los defensores del arte tradicional, es un ejemplo más de cómo la IA está desdibujando los límites de la creatividad y la ética en la industria artística. ¿Es esta tendencia una celebración del estilo Ghibli o una apropiación indebida? El tiempo y las decisiones legales podrían dar una respuesta.
Por ahora, lo que es innegable es que la estética de Studio Ghibli sigue cautivando a nuevas generaciones, incluso en el mundo digital. Sus colores vibrantes, escenarios oníricos y personajes entrañables han inspirado a millones, y esta nueva tendencia demuestra que la magia del estudio sigue tan vigente como siempre, aunque ahora de una manera que nunca hubiéramos imaginado.