La noticia sacudió a Villa Regina: en la madrugada del viernes, la bandera argentina que flameaba en la plaza de Los Próceres había desaparecido. Nadie entendía cómo, ni por qué. En cuestión de horas, las redes sociales estallaron con teorías disparatadas, sospechas de vandalismo y hasta reclamos de vecinos indignados por la aparente falta de respeto al símbolo patrio. Pero lo que parecía un robo terminó siendo un gesto de civismo: un vecino la rescató justo a tiempo.
Todo empezó cerca de la medianoche del viernes, cuando alguien notó que el mástil principal de la plaza estaba vacío. La bandera nacional, que suele ondear frente a la vista de todos, ya no estaba. Rápidamente, la noticia se viralizó y los rumores comenzaron a multiplicarse. Muchos pensaron lo peor: un robo deliberado, un acto de provocación o simple vandalismo de madrugada.
Sin embargo, en las últimas horas se supo la verdad. El misterio fue aclarado cuando un reginense se presentó en la Comisaría 5° con la bandera en la mano. Según explicó a los policías de la guardia, vio cómo otro hombre intentaba llevársela a escondidas y decidió actuar: se acercó, desactivó el mecanismo del mástil y se la llevó, no para quedársela, sino para protegerla.
El insólito episodio terminó con final feliz: la bandera no solo fue recuperada, sino que además quedó en evidencia la rápida reacción de un ciudadano comprometido. Desde la Comisaría 5ª agradecieron el gesto y destacaron que fue él mismo quien tomó la iniciativa de preservarla y entregarla sin que nadie se lo pidiera.
Fueron las autoridades policiales las que esperaron la apertura del municipio y el lunes a la mañana una comisión se dirigió al edificio para entregar el símbolo patrio, que había sido resguardado durante todo el fin de semana.
La bandera ya volvió a su lugar. Y aunque por unas horas se temió lo peor, el desenlace dejó una enseñanza: todavía hay quienes, en silencio, eligen hacer lo correcto.