En un mundo donde la movilidad personal avanza a pasos agigantados, Kawasaki presentó un prototipo que parece sacado de una película de ciencia ficción. Se trata de Corleo, un robot cuadrúpedo con apariencia animal que promete convertirse en el vehículo ideal para desplazarse por terrenos difíciles y poco accesibles. Fue revelado oficialmente en la Expo Osaka-Kansai 2025, y aunque aún no está disponible para el público, su concepto ya despierta expectativas.
Corleo se asemeja a una mezcla entre un perro robótico y un caballo mecánico, diseñado para imitar la experiencia de montar. A diferencia de los vehículos tradicionales, este no necesita pedales ni frenos: responde directamente al movimiento del cuerpo del conductor a través del manillar y los estribos, haciendo que la conexión con el usuario sea casi orgánica.
Una de sus principales innovaciones es su sistema de propulsión. Funciona gracias a un motor eléctrico alimentado por un generador que utiliza hidrógeno, lo que lo convierte en una alternativa libre de emisiones contaminantes. Esta apuesta por la sostenibilidad se combina con un sistema de patas articuladas y suelas de goma dividida, lo que garantiza estabilidad y tracción en superficies complejas como barro, piedras o césped.
La comodidad del conductor también fue tenida en cuenta en el diseño de Corleo. Cada estribo se puede ajustar de manera independiente, adaptándose a la altura y contextura física de quien lo utilice. Además, su sistema de suspensión permite una conducción suave y sin sobresaltos, incluso en caminos irregulares.
Para facilitar la navegación, incorpora una pantalla que muestra información en tiempo real sobre el trayecto, el consumo de energía y otros datos clave para mantener el control total durante el recorrido. También incluye luces delanteras pensadas para brindar mayor visibilidad durante la noche o en zonas de baja iluminación.
Corleo representa la filosofía “Fun to Ride” de Kawasaki, fusionando entretenimiento, tecnología y conciencia ecológica en un solo dispositivo. Pero su impacto potencial va más allá de lo recreativo: podría mejorar la accesibilidad en zonas rurales, montañosas o incluso ayudar a personas con movilidad reducida.
Corleo también despierta el interés de sectores vinculados al turismo de aventura y la exploración científica. Gracias a su capacidad para desplazarse por superficies irregulares sin dañar el entorno, podría ser una herramienta clave en estudios ambientales, rescates en zonas remotas o recorridos ecológicos donde los vehículos convencionales no pueden ingresar.
Aunque todavía es un prototipo, Corleo plantea un nuevo paradigma en la movilidad personal del futuro. Si logra desarrollarse a gran escala, podríamos estar frente a un nuevo capítulo en la historia del transporte, donde la innovación camina –literalmente– sobre cuatro patas.