Matías Orihuela, el flamante refuerzo de San Martín de San Juan, no necesitó ni un minuto para hacer ruido fuera de la cancha. El lateral, que llegó con la expectativa de sumar su experiencia al “Santo” sanjuanino, terminó siendo protagonista de un episodio que poco tiene que ver con el fútbol y mucho con la polémica.
Todo comenzó en un control vial sobre la ruta 7, a la altura de Potrerillos, Luján de Cuyo, cuando la camioneta negra que conducía Orihuela despertó sospechas. ¿El motivo? Varias maniobras al borde de la infracción, incluyendo atravesar una doble línea amarilla, ese límite sagrado que ni los más aguerridos conductores suelen cruzar sin mirar dos veces.
Cuando la policía detuvo el vehículo para pedir la documentación, el jugador decidió bajarse del auto, pero no con la calma y cortesía que se espera, sino con una actitud más cercana a la de un capo de película que a la de un profesional del deporte. Lo que siguió fue un intercambio poco amistoso con el Oficial Ayudante Cañizares, quien intentó mantener la calma mientras el lateral parecía hacer un curso acelerado de “cómo resistirse a la autoridad 101”.
En un momento digno de un relato salvaje, Orihuela no solo abrió la puerta del vehículo con tanta fuerza que golpeó al oficial, sino que también se lanzó a agredirlo físicamente, además de proferir amenazas y demostrar su famosa “garra” en un contexto donde claramente no hacía falta. La resistencia fue tal que cuando lo llevaban al móvil policial, volvió a abalanzarse sobre el uniformado, derribándolo y propinándole golpes de puño.
La situación, que podría haberse resuelto con un poco de buena voluntad, terminó en la intervención de otros agentes y hasta de civiles que estaban en el lugar, quienes ayudaron a reducir al futbolista. Para colmo, en un gesto que pareció querer cerrar la noche con broche de oro, rompió el acta vial frente a todos.
Los daños a la autoridad fueron leves, pero suficientes para que el Fiscal Horacio Iturbide ordenara su detención y posterior imputación por resistencia a la autoridad y lesiones dolosas leves. Orihuela fue trasladado a la Comisaría 11° de Mendoza, mientras la Justicia sigue el curso del caso con todos los videos y pruebas en mano.
Así, el nuevo refuerzo de San Martín de San Juan quedó lejos de las canchas y más cerca de los titulares por esta bochornosa actuación, en la que la pelota quedó en segundo plano.