FRACTURA HIDRAULICA

Hubo 206 sismos en menos de cinco años

Un estudio aseguró que en Neuquén aumentó la sismicidad.
miércoles, 9 de diciembre de 2020 · 16:12

Un estudio recientemente publicado por la Asociación Geológica Argentina concluye que durante el periodo 2015-2020 aumentó la sismicidad en la provincia del Neuquén.

El informe establece que la sismicidad “registrada en catálogos internacionales, eventos históricos y escasas publicaciones, muestra pocos eventos aislados y de baja magnitud”. Sin embargo, se detalla que desde 2015 en adelante se registró un notorio aumento de la sismicidad con magnitudes e intensidades variadas.

Según el reporte del INPRES (Instituto Nacional de Prevención Sísmica) y el PDE-USGS (Servicio Geológico de los Estados Unidos), algunos movimientos registrados en estos años llegaron a tener una magnitud de Mw 5.0 e intensidades de IV a V que según la escala serían de medio a moderado.

La publicación detalló que los movimientos registrados entre noviembre de 2015 y julio de 2020 se focalizaron “en la parte central de la cuenca Neuquina, entre las localidades de Cutral Co y Añelo” y que del procesamiento de datos se obtuvo “la localización de 206 sismos”.

Más allá de la cantidad, el trabajo destaca cinco eventos. El 7 de marzo de 2019 con una magnitud de Mw 5.0, el 26 de septiembre de 2017 con Mw 4.4, el 19 de noviembre de 2015 de Mw 4.2, el 16 de noviembre de 2018 de Mw 4.4 y el 27 de octubre de 2020 con Ml 4.3. Asimismo, describe que entre el 23 y 24 de enero de 2019 se registraron 37 eventos sísmicos de variada magnitud.

Entre las conclusiones, se menciona que existen antecedentes de aumento de sismicidad asociada a actividades humanas en otros lugares del mundo, y que el incremento en el área de estudio “coincidió con el inicio y la intensificación de la fractura hidráulica”.

Este medio cruzó los eventos sísmicos con el registro mensual de las fracturas realizadas en los meses y años detallados y se observó que, en septiembre de 2017 se registraron 350 etapas de fracturas con tres operadoras. En noviembre de 2018 se alcanzaron las 450 etapas que ejecutaron cinco productoras, en marzo de 2019 se registraron 450 etapas entre 7 compañías petroleras y en octubre de 2020 se informaron 350 etapas con solo tres concesionarias.

Cabe mencionar que los meses donde se registraron los movimientos sísmicos no responden a los de mayor actividad de fractura hidráulica. La mayor actividad en 2017 se registró en noviembre con 450 etapas y 5 productoras; durante el 2018 el pico fue en octubre con 6 empresas y un poco más de 600 etapas de fracturas; en febrero de 2019 se llegó a las 700 etapas entre 7 operadoras y, durante el 2020, la mayor actividad fue en noviembre con prácticamente 550 etapas de fracturas entre 4 productoras.

La Asociación Geológica Argentina sostiene como hipótesis de estudio que la inyección de fluido en la roca “dispararía el deslizamiento de fallas previas” en un área sometida a esfuerzos tectónicos; y considera que la fractura hidráulica “sería la causa más probable del notorio aumento de la sismicidad”.

El mismo estudio advierte sobre la falta de precisión en la localización de los sismos, atribuyendos una elipse de error de hasta 50 Km. Más allá de esta observación, el informe sostiene que la reiteración de eventos “señala un claro aumento de la sismicidad con un comportamiento temporal interesante”.

Mientras los movimientos registrados muestran un corrimiento, “los eventos más grandes fueron precedidos por eventos más pequeños” describió el trabajo científico. En este caso, sugiere que un protocolo de semáforos podría generar alertas llevando tranquilidad y confianza a las poblaciones vecinas.

Como se aprecia, a la fecha no existe argumentos técnicos ni estudios científicos que avalen cualquiera de las dos posiciones. Tanto es real los movimientos sísmicos como la actividad extractiva, pero su relación causa-efecto no se podrá -por el momento- demostrar empíricamente.

Es posible que en la zona de estudio confluyan la actividad de la represa, la extracción petrolera y la falla de la Dorsal de Huincul; todos procesos simultáneos que requieren de un estudio más exhaustivo.

El solo hecho de incorporar sismógrafos al presente estudio, no alcanza. Falta el cruce de información en tiempo real entre cada etapa de fractura y los movimientos que el INPRES registra en la zona; como así también, la incorporación del comportamiento del embalse durante las etapas de fracturas.

Como hemos mencionado en otras publicaciones, el gobierno provincial será quien deba instrumentar un sistema de monitoreo en línea cruzando la información con el resto de las actividades que se desarrollan en la zona.

El próximo año se proyecta como intenso desde la actividad petrolera como desde la política; y en este sentido, la administración Gutiérrez tendrá que hacer frente a los reclamos sociales ante los movimientos reiterados del suelo neuquino o tomar la decisión de instrumentar el protocolo de semáforos.

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