Un narco cipoleño, que en 2022 fue condenado por tener en su casa un kilo de marihuana y más de 130 gramos de cocaína, estuvo a punto de salir ileso de la Justicia Federal de Roca, con una pena que no alcanza ni para comprar una gaseosa y una obligación de presentarse cada tanto en Instituto de Asistencia a Presos y Liberados. Pero como ni eso cumplió, y la fiscalía se hartó de esperar, ahora va a tener que cumplir prisión efectiva.
El protagonista de la historia es Luis Oscar Rolón, un conocido de los pasillos policiales de Cipolletti, al que le encontraron esa vez una buena cantidad de droga durante un allanamiento. La Justicia Federal de General Roca, en vez de meterlo preso, le impuso una "pena condicional" de dos años, con una multa insólita de 225 pesos, y le ordenaron presentarse cada tres meses en el Instituto de Asistencia a Presos y Liberados (IAPL).
Lo que vino después fue casi una burla institucional: Rolón fue dos veces, allá por noviembre de 2022, y nunca más se lo vio. No volvió a aparecer en todo el tiempo que debía cumplir las reglas de conducta. La Justicia Federal de Roca lo declaró “en rebeldía”, lo intimó, y aún así, cuando se cumplieron los dos años, cerraron el caso como si nada hubiese pasado.
No hay forma de justificar que se considere cumplida una pena cuando el condenado apareció sólo dos veces en dos años
La decisión del Tribunal Oral Federal (TOF) de Roca, que casi le da la libertad total, encendió todas las alarmas. El Ministerio Público Fiscal presentó un recurso de Casación. La respuesta fue contundente: el fallo fue "arbitrario" e "incomprensible", según palabras del juez Carlos Mahiques, a quien no discimuló la bronca en el fallo. "No hay forma de justificar que se considere cumplida una pena cuando el condenado apareció sólo dos veces en dos años", dijeron desde la Sala III de Casación, que también integran los camaristas Diego Barroetaveña y Juan Carlos Gemignani. Y agregaron que dejarlo libre “envía un mensaje alarmante a la sociedad”, como si no hubiera consecuencias por no respetar las reglas.
El caso de doble discurso judicial: por un lado, condenan a un narco con una pena simbólica; por el otro, miran para otro lado cuando no cumple nada de lo que se le impuso. Si no fuera por el impulso del fiscal Sebastián Gallardo en Roca y el respaldo del fiscal general Raúl Pleé, Rolón hoy estaría festejando su libertad.