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Otra vez le negaron las salidas transitorias al peligroso asesino Ramón Geldres

En 2013 mató de una puñalada en el pecho a Claudio Araya, en pleno centro de Cipolletti, en ese momento ya gozaba de salidas transitorias.
Miércoles, 19 de marzo de 2025 a las 17:33

El despiadado asesino Ramón Geldres, condenado a prisión perpetua por el brutal homicidio de Claudio Araya y el intento de asesinato de su hermano Natanael en pleno centro de Cipolletti en 2013, volvió a insistir con un insólito pedido de salidas transitoria para visitar a su madre de 83 años. Pero, una vez más, la Justicia le cerró las puertas con un contundente revés.

La audiencia se llevó a cabo por Zoom, con la presencia del propio Geldres, su defensora, el Juez de Ejecución Lucas Lizzi, la fiscal Ivana Vasellati y familiares de la víctima, entre ellos Laura y Claudia, pareja y hermana de Claudio Araya. El clima fue tenso y cargado de indignación.

El juez Lizzi no dudó en rechazar la solicitud, recordándole a Geldres su pasado criminal con una frase demoledora: "Ya tuvo su oportunidad de salidas en 2013 y no la supo aprovechar. Es decir, cuando salió, mató". Su defensora intentó apelar a un supuesto "derecho humanitario", pero el magistrado fue tajante: no habrá beneficios para quien sembró el terror y el dolor en una familia entera.

Desde el Penal 2 de Roca, donde cumple su condena, Geldres insistió en más de tres ocasiones con esta solicitud, intentando torcer la decisión de la Justicia. Pero los informes son claros: no reúne las condiciones para obtener ningún tipo de privilegio. Además de su peligrosidad y de sus antecedentes cuando gozó de las salidas transitorias, en la cárcel está calificado como preso peligroso y conflcitivo. Es más, tuvo problemas en su pabellón por querer violar a otro interno.

Claudia Araya, hermana de la víctima, se mostró indignada y lanzó una dura declaración contra el asesino: "Este tipo, que nos arruinó la vida, se las sabe todas. Pide que le revisen una determinación de la Justicia cuando claramente no corresponde. ¿Qué parte no se entiende?". También criticó la reiteración de estos pedidos: "Es un manoseo, no tiene sentido que sigamos pasando por esto".

Claudio Araya intentó capturar a Ramón Geldres, tras el robo de la cartera de una mujer frente a una clinica de Cipolletti

Por si fuera poco, Claudia recordó la falta de apoyo tras la tragedia: "Nunca hubo un acto humanitario hacia mi familia por parte de las autoridades. Mi hermano, que sobrevivió al ataque, nunca recibió ayuda económica ni tratamiento adecuado". "Nosotros podemos perdonar, pero las leyes están para cumplirse. Él no tuvo piedad con nuestro hermano ni con nuestras familias", sentenció Claudia Araya.

El crimen de Claudio Araya

Todo comenzó frente a la clínica Moguillansky, el 6 de marzo de 2013. Geldres, un criminal con antecedentes, arrebató la cartera a una mujer mayor. En ese instante, Claudio y su hermano Natanael Araya decidieron intervenir. Sin dudarlo, persiguieron al ladrón, que intentó huir en una moto estacionada sobre la calle Urquiza, a pocos metros de Mengelle.

Lo que los hermanos Araya jamás imaginaron fue que el delincuente tenía un arma escondida. Cuando lograron interceptarlo, Geldres sacó un cuchillo y los atacó sin piedad. Ambos fueron gravemente heridos. Claudio cayó al suelo en un charco de sangre y perdió la vida minutos después del enfrentamiento. Su hermano Natanael, en tanto, fue trasladado de urgencia al hospital, donde debió ser intervenido quirúrgicamente. Tras una semana de lucha, logró recuperarse y fue dado de alta.

El asesinato de Claudio Araya generó indignación y una ola de reclamos contra el sistema judicial. Geldres se encontraba detenido por un violento asalto en Venezuela al 1.600 de Cipolletti. En esa ocasión, en medio de un forcejeo, apuñaló varias veces al dueño de la vivienda, pero el juez de Ejecución Juan Pablo Chirinos le había otorgado el beneficio de salidas transitorias. Tras el crimen, una investigación reveló un dato alarmante: el trabajo al que supuestamente debía asistir el delincuente simplemente no existía. Un error del sistema permitió que un hombre peligroso caminara libremente por las calles, con un resultado trágico e irreversible.

 

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