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Violenta entradera en Cipolletti: el error más insólito del poliladrón que lo delató

El oficial, al que la Justicia impidió nombrar, le proveyó uniformes policiales a sus cómplices y además hizo vigilancia en el exterior.
Miércoles, 09 de abril de 2025 a las 00:00

En el rompecabezas criminal que debieron armar los investigadores cipoleños, hubo una pieza mínima, casi imperceptible, que terminó revelando la identidad de uno de los integrantes de la banda que atacó brutalmente a un matrimonio de adultos mayores. Un detalle que parecía irrelevante en el contexto de una entradera planeada con precisión militar: un helado. O, más precisamente, el uso de una billetera virtual para pagarlo y un tiket en el que figuraban todos los datos de un policia desleal.

En la audiencia de formulación de cargos, el juez de Garantías formalizó la acusación contra un oficial inspector de 40 años que quedó detenido con prisión preventiva. La identidad del agente nose puede publicar por decisión judicial, aunque ya fue expuesto públicamente por el propio gobernador Alberto Weretilneck en redes sociales.

El dato clave que llevó a su arresto surgió minutos antes del millonario golpe. Los investigadores ya sabían que era un policía quien había provisto la indumentaria y los elementos de la fuerza utilizados por uno de los delincuentes durante la entradera. Luego supieron que también había oficiado como "campana", recorriendo previamente la zona de calle Brentana y Alem, donde vivían las víctimas. Pero fue un momento de descuido lo que lo dejó expuesto: esa tarde calurosa de fines de marzo, decidió detenerse en una heladería y comprar un helado. Lo pagó con su cuenta personal de Mercado Pago.

Ese simple movimiento financiero, que quedó registrado y fue respaldado por las cámaras de seguridad del local, terminó siendo la clave para ubicarlo temporal y geográficamente en las inmediaciones del lugar del asalto. Cuando los investigadores comenzaron a “peinar” la zona tras el hecho, cruzaron los registros digitales con las imágenes recolectadas y no tardaron en identificarlo. Además, su pasado en la Comisaría 24° de Cipolletti y en la 26° de Fernández Oro, lo hizo fácil de reconocer.

El asalto en sí fue brutal. Juan Carlos Gorini permanece internado con pronóstico reservado tras el ataque, y su esposa, María Ladavaz, fue violentamente estrangulada para que revelara el lugar donde guardaban sus ahorros. La banda escapó con 3 millones de pesos y 20 mil dólares.

Los elementos secuestrados que comprometen al poliladron

Tras la detención del policía, se realizaron allanamientos en distintos puntos claves. En el interior de su Chevrolet Corsa, que estaba estacionado frente a su lugar de trabajo en la Subcomisaría 69° del barrio Nuevo, se encontró un verdadero arsenal y un inquietante repertorio de objetos policiales y parapoliciales: chaleco antibalas, esposas, una linterna, cuchillos, un cargador con 14 municiones, una réplica de arma de fuego, cuatro gorras de la Policía, una granada de gas lacrimógeno, guantes, una cachiporra, 15 municiones calibre 19 mm, y más de 40 cartuchos de escopeta.

En el Chevrolet Corsa del oficial encontraron un verdadero arsenal y varios elementos parapoliciales

En su domicilio, en calle Gavilán del mismo barrio, los hallazgos fueron igual de contundentes: el arma reglamentaria, una picana eléctrica, más municiones, ropa y calzado policial, y una remera que habría usado el día del hecho, la misma que luce en los videos de las cámaras de seguridad de la heladería. Y como si fuera poco, en la Comisaría 21°, de la cual depende la unidad donde prestaba funciones, se encontraron otras dos réplicas de armas de fuego, las mismas que usan los delincuentes para bajar su imputación en caso de ser detenidos.

Aunque por ahora el único detenido es este oficial, los investigadores creen que la banda actuó con al menos cinco personas, divididas en dos vehículos, uno de ellos un Volkswagen Fox, que aún no pudo ser encontrado. El rol del policía, como facilitador interno y vigía externo, habría sido clave. No descartan que esté implicado en otros hechos similares registrados en el Alto Valle durante el último año.

Por lo pronto, el juez ordenó la prisión preventiva por un año. Tiempo suficiente para que la fiscalía trace el mapa completo de esta organización que combinó violencia, logística y traiciones dentro de la fuerza

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