El llamado alertaba sobre dos hombres encapuchados dentro de un edifciio del centro de Cipolletti, pero terminó exponiendo el corazón de negocio narco. A medida que avanza la investigación por el robo en el coqueto edificio Elio VIII, además de los objetos robados, cuatro detenidos y un entregador, la Policía encontró cocaína, balanzas de precisión, dinero en efectivo y un contador de billetes. Una organización preparada para la venta de drogas al por menor.
El hallazgo no fue menor. En uno de los departamentos donde se alojaba el entregador, se secuestraron elementos clave que vinculan a la banda con el narcomenudeo. Vecinos ya habían advertido movimientos extraños en ese mismo piso: ingresos y salidas constantes de personas, a toda hora.
Como informó ayer Mejor Informado, la Policía recibió el alerta por dos hombres encapuchados, que fueron detectados por un vecino que no dudó en llamar al 911. El rápido despliegue de efectivos, con más de diez patrulleros, motos de la Brigada Motorizada de Apoyo y unidades especiales, permitió la detención de cuatro personas, una de ellas, mujer.
Durante el procedimiento, la Policía encontró un bolso con objetos robados y una barreta, además de constatar que la puerta de uno de los departamentos había sido forzada con una palanca.
Entregador, droga y contactos
Entre los detenidos, uno reside en el mismo edificio. La principal hipótesis es que fue quien facilitó el ingreso a los otros miembros de la banda. Su departamento, lejos de ser una simple vivienda, se transformó en el eje de una causa mucho más pesada.
En el lugar, personal de Toxicomanía secuestró varios gramos de cocaína, tres balanzas de precisión, una libreta con anotaciones de movimientos y hasta un contador de billetes. También había teléfonos celulares, un cargador de arma de fuego, cartuchos calibre 22, documentación y llaves de 9 autos y DNI de personas que no pudieron justificar. Además, dos posnets, perfumes, joyas y hasta cédulas de autos que figuran con pedidos de secuestro
Los investigadores creen que en ese departamento funcionaba un punto de venta de droga por menor, y todo apunta a que el edificio era utilizado como fachada para operar sin levantar sospechas.
Elio VIII: de torre residencial a punto caliente
La fiscal Rocío Guiñazú y el juez de Garantías Pedro Puntel encabezaron un allanamiento de urgencia, que se realizó durante la madrugada del martes en el sector norte de la ciudad en los barrios Anaí Mapu y el 2 de Febrero. La presencia de la Justicia Federal fue clave: con el hallazgo de estupefacientes, la investigación cruzó el límite del fuero ordinario.
La hipótesis de los investigadores ahora se enfoca a las actividades que se desarrollaban dentro del búnker narco de baja escala, protegido por la tranquilidad del edificio y la confianza de un inquilino que nunca levantó sospechas formales. Sin embargo, los vecinos ya habían advertido movimientos fuera de lo común.
El inmueble quedó bajo custodia con fajas judiciales, mientras se profundiza la recolección de pruebas. La fiscalía ya trabaja en la formulación de nuevos cargos, que podrían incluir la tenencia de estupefacientes con fines de comercialización.