TRES MESES DE EMERGENCIA Y DECRETOS

“Si se hubiera optado por el estado de sitio sería más ordenado”

La extensión ilimitada de la cuarentena y la gestión por decreto del Poder Ejecutivo generan polémica.
domingo, 21 de junio de 2020 · 22:11

Argentina superó los 90 días de cuarentena, con diferentes fases y realidades a lo largo y ancho del país. También en este tiempo, trepó a los 1000 muertos. El “no se podrá salir” dictado el 20 de marzo tuvo idas y vueltas, decretos y resoluciones e interpretaciones variadas, que avivan cada vez más otro debate: ¿cuánto más se puede gobernar por decreto?. ¿Cuánto tiempo más se puede restringir y limitar derechos en nombre de la pandemia?. De acuerdo a la última prórroga, hay cuarentena hasta el 28 de junio, pero la discusión, ya está en el tapete.

Gastón Rambeaud es abogado neuquino, con reconocida trayectoria en derecho público. Entrevistado por 24/7 Noticias hace tres meses, con el primer decreto de urgencia y sin mayores elementos científicos sobre los alcances del coronavirus, advertía que, en términos constitucionales, los gobernantes debían tener cuidado a la hora de fijar restricciones. “En abril, incluso se pronunció la Corte Interamericana de Derechos Humanos en este sentido y dijo que los gobiernos deberían ser ordenandos y no pasarse del límite en cuanto a la restricción de los derechos. Creo que en nuestro país directamente ni se consideró si había límites o no, directamente se dijo nadie sale de la casa”, expresó.

Rambeaud explicó, en términos didácticos, que hay vías o mecanismos institucionales a los cuales apelar cuando se habla de restricciones de derechos. “Pero, además, hay una cuestión de fondo - planteó por aquel 20 de marzo- que tiene que ver con, si los medios que van a aplicar, justifican la finalidad que se persigue, es decir, de amortiguar el impacto de la pandemia”.

A tres meses de la cuarentena, 24/7 Noticias lo volvió a convocar para analizar la situación actual. Explicó que la Constitución argentina prevé instrumentos claros de emergencia: la intervención federal, la declaración de emergencia, por la cual el Congreso traspasa al Poder Ejecutivo una serie de facultades y el estado de sitio. “Cuando comenzó la pandemia, también opiné que la única forma de mantenernos, si queremos entrar por el camino de la legalidad, era el estado de sitio. Algunos doctrinarios opinaron que no correspondía porque era una medida extrema, que daría una mala imagen. Pero lo cierto es que, al no haberlo declarado, llevó al gran desorden normativo que hay hoy. Si se hubiera optado por el estado de sitio, hubiera sido algo claro, tenía un tiempo determinado, tenía una autoridad concreta que podía dictar las normas y no se daría el maremágnum de normas y decretos que hay, donde cada intendente dicta normas distintas, no sólo eso, sino que además se interpretan de manera diferente”, manifestó. Y citó un ejemplo local: “Sin ir más lejos, si uno va a un bar acá en Neuquén a tomar algo, le toman la fiebre y le dicen que es el protocolo; en otros bares lo hacen llenar los datos con teléfono y dirección por si aparece un brote de coronavirus, todo es distinto. La verdad que no se sabe bien cuáles son las normas vigentes y cada uno hace parece lo que quiere”.

Mirá la entrevista completa:

Hoy en día lo que tenemos es gran desorden, un gran ejercicio de autoridad de cualquier persona, desde aquel que se para delante de la puerta del supermercado y le dice, bueno usted entra, usted no, usted lo hace solo, usted acompañado... Me parece que estamos al margen de lo que es la normatividad. La Argentina se caracteriza por vivir al margen de las normas”, manifestó en otro tramo de la entrevista, realizada días atrás en Noticiero Central.

Desde su punto de vista, “se eligió una vía que no se sabe bien cuál es. Se habla de una emergencia sanitaria que se había declarado en diciembre, cuando todavía ni se hablaba de la pandemia y era por un tema absolutamente distinto; se echó mano a eso y empezaron a dictarse decretos. No sólo son los decretos del Poder Ejecutivo Nacional sino los miles de decretos y resoluciones que hay hoy en el país y que nadie conoce a ciencia cierta”.

“Acá directamente se adoptó la solución más extrema de quedarnos encerrados y después se produjo el problema de la gente que quiere salir, porque tenía que ir a trabajar, porque tenía que sacar los chicos a respirar...hay gente que no la pasa bien encerrada en su casa, no todos tienen las mismas condiciones, ni pueden hacer teletrabajo. Creo que adoptar la solución más extrema y quizás por adelantado, demuestra a esta altura que no fue lo más adecuado”, concluyó.

Desde el Gobierno -en todos sus frentes- se conoce obviamente este debate en ciernes; se admite que hay una sensación de cansancio de la gente por la extensa cuarentena. Y aunque algunos lo tiñan de lecturas políticas, hablen de fogoneo y el fenómeno infectadura; el debate está instalado. Y lo que preocupa, en efecto, es el contagio masivo de este descontento.

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