PIDEN JUSTICIA

Marcharán en La Angostura por una mujer que murió en el hospital

Sus familiares denuncian mala praxis. Adriana Yanquitul falleció luego de una operación de vesícula. Su madre publicó una desgarradora carta.
lunes, 25 de octubre de 2021 · 12:40

La madre y la hermana de Adriana Yanquitul piden justicia ante el trágico desenlace que tuvo en una operación de vesícula el pasado 27 de septiembre en el Hospital de Villa La Angostura. 

Sus familiares y amigos piden la autopsia y que la justicia dictamine quienes fueron los médicos responsables. Adriana era mamá de una nena de 3 años. El miércoles marcharán a las 18 hs desde el ACA en el centro de Villa La Angostura, hasta el hospital local.

El hospital de Villa La Angostura.

Su mamá publicó en las redes sociales y envió a los medios una desgarradora carta:

No puedo con tanto dolor. 
Por la presente nos dirigimos a los medios para hacer una denuncia pública por lo acontecido el día 27 de septiembre del corriente año en el Hospital local.
Mi hija, Raquel Adriana Yanquitul debía ser intervenida por vesícula con todo los análisis previos en condiciones de ser intervenida ingresando a la siete y media al mismo.
 Yo llego minutos después anunciándome. Me dijeron esperara porque la estaban preparando. Me quedo sentada en Estadística y espero. Pasa el tiempo y nada. Me dirijo a la Guardia, toco timbre.
Había una señora con un bebe me dice toque timbre lo hago sin obtener respuesta me vuelvo  dirigir a Estadística delante mío iba una señora que trabaja en tránsito, esposa de un familiar mío, que pide ingresar por su hijo que tenía internado. Es cuando escucho que la mandan por la mesa de las visitas. Cuando sale la sigo e ingreso asiéndome anunciar que soy la mama de la joven que va ser intervenida. Me responden que tengo esperar mientras yo me mensajeaba con mi hija la cual pedía que  me dejaran pasar. Yo le manifesté que hiciera berrinche como mi nietita y capas me dejaban ingresar cansada de esperar. Manifiesto mi fastidio y pido que averigüen cual era el motivo de tanta espera. Enseguida viene el encargado de los Ingresos, me dice pase. Me dirijo a la oficina de la enfermera de la parte de Internación y  de mal modo me dicen que tenía solo cinco minutos para verla o después no me dejarían estar acompañarla previo a su operación.
Obedeciendo, entro a la habitación nueve donde mi hija estaba con suero. Me dijo: “hola mamita”. Le dí un beso y se reía mostrándome que la cama tenia control y yo le decía que la lleváramos a casa. La besé. Le dije pregunté si estaba tranquila y me respondió: “sí ma, en cuarenta, cinco minutos  y salgo mamita”.
La vuelvo a besar le dije “te amo, te espero afuera”.
Saliendo, vuelvo el rostro hacia ella y me tiraba besos. Me dijo: “ te amo”, y me voy devuelta.
Me siento en Mesa de Entrada a las visitas. Me pongo a charlar con “Pitu” el chico que vende pan. Luego me ve una vecina que trabaja ahí y me pregunta que hacía. Le manifiesto que espero a mi hija me dice: “bueno, sale enseguida, suerte”
Después viene otra señora que trabaja ahí y me dice va salir todo bien. Yo le manifiesto mi intranquilidad y entonces ella se dirige a preguntar. Le responde que los médicos hablaran con la madre.
Hubo un momento que me ve el doctor Vertainar y me pregunta si estoy acompañando a mi hija la cual el conocía. Le digo si.
Ya muy preocupada, le manifiesto al hombre de la entrada mis nervios. Él se dirige por la placita del hospital a manifestarle a la enfermera. Me dice espere, salgo al patio. Yo antes vi que iban y venían con canastos con ropa como de quirófano.
 En un instante veo a Vertaina con un celular rojo. A uno metros de mí lo escucho decir: “manden cuatro bolsas de sangre y plasma, la paciente de veintinueve años se agravó”. 
Yo sentí un escalofrió. Corrí y le pregunté al mismo hombre qué pasaba. Me dijo: “hay vienen los médicos. Mi  corazón se me salía. Camino de un lado al otro. Me paro en la ventana que da al patio. Había una mujer sentada en una banca. Veo que vienen dos médicos, uno morocho y uno bien rubio. Yo levanto mi mano, me llaman salgo por el lado de Eestadística que da al patio y el medico me dijo: “señora siéntese”
Yo, ya sacada, le digo: “noo que mierda pasa?”
Me dice: “sabe que la operaciones se complican”
Yo le digo: “¿Qué? ¿Qué me decís? ¿Dónde está mi hija? ¿Qué mierda pasa?”
Me dice: “Cuando abrimos, mi compañero corto un baso…”
Empiezo a llorar y le digo: “no, dejámela ver”.
“Si, en cuarenta y cinco minutos sale”
“Qué mierda me decís?
“Está grave, con respirador”
Empiezo con una crisis. Le digo: “ déjamela ver”
Me dijo: “está en terapia”
Yo enloquecí
Me dijo: “está sola, llame a alguien”.
Llamé a mis hijos. Enrique, Brian , Rosa, mi yerno,  diciéndoles se acerquen, sin decirles ya que trabajan lejos y temía su reacción y mi otra hija venia o iba en viaje.
No sé cómo llego Enrique primero ya que trabaja en Bandurrias. Enseguida mi yerno y les manifiesto los dichos médicos y les digo hay que esperar. No sé qué hora era. Ya no se veían médicos. Yo oraba a gritos: “Dios no me quites a mi hija”. Sus hermanos oraban. Sale un médico me dice: “ya no hay nada que hacer”.
Yo le suplicaba que la derivara o me sacara a mi lo que ella necesitara.
Mi yerno le dice: “mi mujer vino caminando y vos me decís que me la entregara en una bolsa”.
Yo le grito: “derivala, yo pago todo”
Me dijo: “seria en vano no hay nada más que hacer”.
Yo gritaba, oraba. Pido verla y ahí estaba mi niñita, toda llena de cosas enruvada con máquinas, yo la besaba, le decía: “hija volvé, te estoy espetando, despertá, vamos a casaaaas.
Salí, no podía más. Hago veinte paso, sale solo un médico y me dice: murió.
Comencé a gritar, mi hijo se descompensa. Era un caos, les pido ayuda. Solo enfermeros venian.
Levanto la mirada, lleno de policías. Me viene a la mente “nos vienen a llevar presos”, ya que por la causa del acampe no podemos tener problemas.
Los policías, al ver la situación se conduelen, se quedan a acompañarnos. No sé que horas eran ya estava sentada medio oscuro. Entra una amiga mía, Mónica, a los gritos diciendo: “qué mierda hicieron hdp. Sentí que algo me zamarreó y enfrente mío estaba mi otra hija, Rosa.
Le grito Rosa: “pará todo, llamá a la abogada. A Adri la mataron, que no toquen a tu hermana. Hacé la denuncia. Pido custodia al cuerpo. Pedimos la autopsia.
Lo demás lo saben mi hija Rosa y Brian. Yo fui sedada y la mujer que todo conocían murió con su hija.
Hoy me duele el alma, el cuerpo. No puedo con tanto dolor. Si quieren  mátenme, métanme presa porque no debería hacer esto. Ya me mataron y a mi familia. Mi nietita de tres años no vera jamás a su mamá, esa chica buena, trabajadora, buena madre, buena hermana, buena hija, buena amiga, solidaria.
Hoy soy un trapo. Hoy no hay ni firmas, ni rapidez por meter  preso a este médico. Pueden pensar y decir lo que quieran. Mi Adrianita estaba bien y él me la entregó muerta.
Yo quiero justicia. Que sea apartado hasta que se esclarezca la muerte de mi hija. Pido empatía a la justicia, a mi dolor  y a mi familia destruida.

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