DEBATE ACERCA DE LAS NUEVAS MODALIDADES DE TRANSPORTE
Uber ¿es "Nac&Pop"?
Una cuestión es la legalidad (se resuelve con leyes nuevas). La otra, vinculada, es lo más importante: ¿Qué necesita la gente?La opinión del gobierno municipal neuquino acerca del funcionamiento o no de la aplicación / servicio conocido como Uber admite varias lecturas. No sólo el debate sobre su legalidad o no. Sino la toma de posición con respecto al tema.
Está claro que, por las declaraciones del secretario de Transporte, Mauro Espinosa, la gestión comunal prioriza dos aspectos. El encuadre formal/legal de la actividad, es uno. Como consecuencia de ello, se define a favor del servicio de taxis y remis. De propietarios como empleados del sector.
Es decir, se pronuncia “conservador” de un esquema de organización de una porción del servicio de trasporte de pasajeros en la ciudad.
Por otro lado, bajo una apariencia paternal o protectora, muestra su perfil “corporativo” en términos de alianza económica-política-social.
Tanto los dueños de los autos amarillos de alquiler como sus empleados, se encuentran organizados en la Asociación de Propietarios de Taxis –autopercibida como una organización sin fines de lucro- y en el Sindicato de Peones de taxis de Neuquén.
Autopercibidas como organizaciones sin fines de lucro, lo cierto es que ambas instituciones velan para que sus integrantes mantengan una ecuación económica siempre favorable. Esto es que puedan lucrar y está bien que así sea. Pues se trata de dos grupos cuyo trabajo es conservar la independencia de sus miembros y conseguir un enriquecimiento común.
A la pregunta de si hay otras opciones para el gobierno municipal, claro que las hay.
Por caso se podría adecuar las normas para permitir y “legalizar” a este nuevo actor económico. Conminar a sus prestadores a cumplir con una habilitación en el mismo nivel que taxis o remis. O bien flexibilizar las obligaciones de estos últimos para equiparar las cargas.
Huelga decir que en cualquiera de ambos casos, más que “cuidar a los trabajadores” es abrir un abanico más generoso en cuanto a oportunidades laborales. Lejos de esta posición, Espinosa amenaza con “aplicar fuertes multas”, “retirar licencias” y sacar autos de circulación.
En segundo lugar, hay otra lectura entrelíneas. Una interpretación que confirma cierta inclinación “corporativista” de la gestión comunal. Al menos en el abordaje de este tema.
La cercanía con peones y patrones de taxis y remis es directamente proporcional a la lejanía con el resto de la comunidad neuquina que podría tener una opción de trasporte menos onerosa y/o una alternativa de ingreso para quien decida sumarse al staff de choferes de Uber.
Los nuevos dispositivos tecnológicos, digitales e informáticos llegaron y seguirán llegando con más variantes y son las estructuras burocráticas las que deberán adecuarse a los tiempos que se imponen.
Si, como afirma Espinosa, Uber es “ilegal”, depende entonces del estado legalizarlo. Resistirse a este cambio es de conservadores. Mientras que contemplar el interés de los posibles usuarios y los nuevos trabajores/emprendedores bien podría definirse como una postura más “nac&pop”.