CRIMEN DEL GOBERNADOR

Magnicidio de Soria y las salidas transitorias de su esposa

Después de once años, Susana Freydoz volvió a pasar un Año Nuevo fuera de su lugar de detención.
domingo, 1 de enero de 2023 · 00:00

Habían pasado pocas horas del brindis de año nuevo y apenas tres semanas de comenzado el mandato como gobernador, después de casi tres décadas de poder ininterrumpido del radicalismo. El disparo de revolver Smth & Wesson calibre 38 retumbó en la casona de la chacra de Paso Córdoba. En la cama matrimonial, desnudo, con las manos detrás de la nuca y con un orificio de bala en la cara con dirección ascendente que destruyó todo lo que encontró a su paso, estaba el líder peronista Carlos Ernesto Soria, que murió casi en el acto. El arma la manipuló su esposa Susana Freydoz, quien fue condenada a 18 años de cárcel, pasó por varias instituciones médicas como detenida, estuvo en la cárcel de Ezeiza y ahora, después de 11 años, volvió a pasar Año Nuevo en compañía de algunos de sus hijos.

En el juicio quedó claro que la mujer reaccionó ante la violencia de género de la que fue víctima desde que comenzó su relación con Soria, durante su adolescencia. Pero que en los últimos años, con él como principal figura política de Roca y de la provincia y con la presencia de varios amores clandestinos, su pareja se fue desintegrando y las peleas una rutina.

El punto de mayor conflicto, previo a la fiesta de Año Nuevo, fue cuando él le confirmó que no se mudaría a Viedma a la residencia de los gobernadores, a lo que ella le contestó que se iría con "alguna de esas putas". Luego, ya durante los festejos familiares, donde el Gringo fue la estrella de la noche, un mensaje de texto de él a su amante, una kinesióloga casi 30 años menor, en la que le confesaba que "a pesar de todo, te sigo extrañando", comenzó con una batalla que tuvo el final menos esperado. Los psiquiatras que declararon en el juicio aseguraron que una simple palabra de afecto y contención de la familia hubiera servido para evitar el crimen.

Tras esa madrugada trágica, en la que el entonces vicegobernador Alberto Weretilneck enfrentó los micrófonos fuera de la chacra de Paso Córdoba sobre la ruta Provincial 6 y dijo que todo se trataba de un "accidente doméstico", Freydoz quedó resguardada en la casa de su hermana en Allen y después internada en el sector de salud mental del hospital de Cipolletti.

En la primera charla con el ya fallecido fiscal Miguel Fernández Jadhe, lució perdida. Dicen que tras la llegada de los hijos (Martín actual ministro de Justicia de la Nación y Carlos porque María Emilia pasaba la noche allí) a la casona, también lo hizo el actual diputado nacional Luis Di Giacomo, de profesión psiquiatra, quien tuvo una intervención en compañía de Julian Goinhex (alfil de Soria siempre dispuesto a hacer cualquier cosa por su jefe) como único testigo.

El juicio fue extenso. Los hijos del gobernador asesinado tuvieron el privilegio de declarar a puertas cerradas para resguardar su intimidad, una situación sin antecedentes en un juicio oral y público. El tribunal estuvo integrado por dos hombres, Carlos Gauna Kroeger y Fernando Sánchez Freytes, y María Evelina García Balduini. El fallo careció de toda perspectiva de género y la más dura en sus conceptos fue la magistrada mujer, quien votó en disidencia a las circunstancias extraordinarias de atenuación en la que coincidieron sus dos compañeros de estrado, y propuso la pena máxima de prisión perpetua. Finalmente la sentencia fue de 18 años de cárcel por homicidio calificado por el vínculo, agravado por la utilización de un arma de fuego y la atenuación extraordinaria.

Freydoz debió cumplir condena. Después de pasar por diferentes instituciones médicas, inclusive la exclusiva y carísima clínica Avril donde estuvo Diego Maradona o Charly García, entre otros, le llegó la hora de ir a la cárcel. Estuvo en Ezeiza, también en el pabellón de pacientes psiquiátricos, donde compartió espacio con Gisell Rímolo (la médica trucha novia de Silvio Soldán), con el Pity Álvarez (Cantante de Intoxicados y Viejas Locas) y José López, el ex funcionario que saltó a la fama por dejar bolsos llenos de dólares en un convento.

Ya en pandemia, desde la Justicia rionegrina le permitieron gozar de prisión domiciliaria y fue trasladada a Neuquén, donde permanece en la casa de una sobrina. Pero desde fines de noviembre, el juez de Ejecución Fernando Romera autorizó a que tenga dos salidas al mes, una de 24 horas y otra de 48. Para esto fue fundamental los cursos que realizó durante los tres años que estuvo alojada en Ezeiza: cursó 11 materias de la carrera de Sociología y completó la capacitación en confección a mano de zapatos, gestión de ventas y tejido a telar, que le permitieron computar 16 meses de reducción de pena.

Las salidas deben ser con el acompañamiento de un tutor y también monitoreada con un dispositivo electrónico de localización y no puede moverse de Roca. Debió dejar la ciudad de Neuquén y permaneció en una casa asignada. Trascendió que no estableció domicilio en la vivienda de ninguno de sus hijos, como tampoco el piso del céntrico edificio del paseo del canalito. Sólo se supo que en como en cada salida, permaneció en la calle Moreno.

De esta manera, después de 11 años, Freydoz volvió a tener la posibilidad de brindar con sus hijos, aunque no estuvieron todos en la reunión y tampoco tenían motivos para festejar.

Mantenete informado todo el día. Escuchá AM550 La Primera aquí

Seguinos por la tele, en CN247 aquí

Comentarios

Otras Noticias