Querían pasar desapercibidos, pero el olor y los bultos no engañan a nadie. Una Toyota Hilux circulaba el jueves por la noche por la Ruta 7, cerca de General Roca, con la caja llena de bolsas tapadas con nylon. La Brigada Rural, que ya venía con el radar encendido por casos similares, los frenó para una inspección.
Y no se equivocaron. Cuando levantaron los plásticos, encontraron 450 kilos de carne suelta, metida en bolsas y sin ningún tipo de refrigeración ni control sanitario. Pero lo más grave fue el origen: se trataba de carne de caballo, faenada en forma clandestina.
El conductor, que iba acompañado por su hijo, no supo justificar la procedencia. Ambos fueron trasladados a la sede de la Brigada Rural, junto con la camioneta, y se les labraron las actas correspondientes por violar las leyes provinciales que regulan la sanidad y el transporte de productos cárnicos.
Ganadería de Río Negro tomó intervención y ordenó el decomiso de toda la mercadería, que finalmente fue incinerada para evitar riesgos a la salud pública.
Desde la Brigada aseguraron que los controles seguirán firmes, especialmente en rutas rurales donde suelen detectarse estas maniobras ilegales.