La estatización de los fondos de las AFJP dejó muy mal paradas a las casas de electrodomésticos que financiaban sus créditos con ese dinero. Era el año 2017 y Saturno cerró sus puertas. Fueron 600 trabajadores en todo el país y 10 en la ciudad donde "Don Chicho" Carabetta fundó la empresa. Ya pasaron 6 años del cierre, y los trabajadores aún esperan por sus indemnizaciones.
Ante el concurso de acreedores y el preventivo de crisis que debió afrontar la empresa al no poder responder con los pagos, el Ministerio de Trabajo de Nación le dio cómodas facilidades para resguardar los puestos de trajo, la empresa podía pagar los salarios en dos partes, el 70% en carácter no remunerativo y el 30% remunerativo; y sin cargas sociales por el término de dos años. Saturno fue absorbida por otra empresa de electrodomésticos, pero finalmente cerró.
Luego de terminar con el proceso de salvataje y la absorción de Saturno por parte de Lucaioli, proceso que se hizo en 2013, la Justicia ordenó la quiebra de la empresa en 2019.
Con el capital, se llegó a un acuerdo con los principales acreedores, pero no pudieron arreglar con el Banco Galicia y Campinox, un proveedor de artículos de camping. Tampoco con algunos particulares que tuvieron tiempo de presentarse hasta febrero de 2020.
Después de seis años, los ex trabajadores aún esperan por sus liquidaciones. En julio de este año, junto con el sindicato, tuvieron una audiencia en el juzgado en el que tramita la quiebra y se les informó que ya contaban con los fondos para poder cumplir con las liquidaciones.
"Solo faltaba una firma", les dijeron y prometieron que antes de fin de año podrían cobrar las ansiadas liquidaciones finales.
"Acá hay trabajadores de varios años aportados a la empresa, el que menos tenía son 7 años de antigüedad. Por eso es que estamos a la espera, ya que la promesa fue que antes de fin de año estaríamos cobrando, así fue como le han comunicado a nuestro sindicato", explicó Victoria Fuentes, vocera del grupo de ex empleados.