MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
Las historias secretas y misteriosas de Neuquén que guarda el Cementerio Central
Mejor Informado realizó una de las visitas guiadas en el Cementerio, donde cada lápida y cada monumento cuenta una historia.Detrás de estos muros hay historias, escucho decir mientras camino por la calle Córdoba rumbo al Cementerio Central de la ciudad. La frase se la dice un hombre canoso a su esposa, con quienes me cruzaré unos minutos después durante la última visita guiada del año organizada por la Subsecretaría de Cultura Municipal. Me sorprende la gran cantidad de jóvenes, algunos en pareja y otros tantos solos o con amigos, que acudieron a la convocatoria que reunió este sábado 2 de noviembre (en que se celebra el Día de los Muertos), a más de 70 personas que formarán parte del primer contingente de visitantes que realizarán el recorrido. Un número similar aguardarán en la puerta del cementerio, construido en 1906, para participar de la segunda visita guiada del día.
Los visitantes se van agrupando, algunos cruzan saludos, hasta que Oscar Marichelar y Felipe Stelzer, integrantes del Museo Ciudad Paraje Confluencia, junto al profesor Santiago Rosa, deciden poner en marcha la recorrida. Uno de los primeros lugares que muestran es el panteón de la familia Taillefer, una de las pioneras de la capital neuquina, que presenta una construcción de arquitectura ecléctica, con una fachada que posee columnas dóricas que enmarcan el acceso a través de tres escalones.
Los guías transmiten una pasión verdadera, real en cada uno de los datos, anécdotas, referencias, reflexiones que van desplegando durante la marcha por el cementerio planificado por el primer gobernador del Territorio del Neuquén, Carlos Bouquet Roldán, “cerca del sol para que los vivos vivan cerca del agua”.
Los guías llevan a los visitantes a explorar la fascinante historia y patrimonio de Neuquén, así como los mitos y leyendas relacionados con los personajes que descansan en el cementerio. Uno de ellos indica los mausoleos más antiguos, como el de la familia Taillefer y el imponente que corresponde al ex intendente Miguel Mango, que data de 1906, y que ha sido declarado de interés histórico.
Los guías transmiten una pasión verdadera en cada uno de los datos, anécdotas, referencias, reflexiones que van desplegando durante la marcha por el cementerio planificado por el primer gobernador del Territorio del Neuquén, Carlos Bouquet Roldán, “cerca del sol para que los vivos vivan cerca del agua”.
Luego, el contingente pasa por los espacios donde descansan los restos de Juan Julián Lastra, quien fuera juez de paz y autor de varios libros de poesía; y más allá los de Abel Chaneton, el periodista asesinado en un bar de Neuquén una noche calurosa de enero de 1917 por investigar el asesinato de un grupo de presos que se habían fugado de la cárcel, lo que se llamó la masacre de Zainuco. La historia, contada en forma breve por Marichelar, tuvo los aportes de Jorge Chaneton, nieto del periodista que también ejerció el cargo de intendente de la ciudad entre 1908 y 1911. “Chaneton fue uno de los primeros en pelear por la justicia y ser víctima de estos poderes”, concluye el guía.
La tarde va cayendo sobre cada lápida, cada tumba, en tanto los visitantes siguen atentos a las descripciones de los guías, y los aportes que suma Rosa que dedica buena parte de su intervención a señalar la historia de la Masonería en la ciudad, ya que muchos políticos que descansan en el cementerio eran masones, lo que se refleja en la arquitectura de los distintos nichos y mausoleos donde pueden notarse terminaciones en forma de escuadra y compás "que son un símbolo de la masonería que representa el juicio, la estabilidad y el equilibrio".
El panteón de la familia Taillefer tiene tres escalones, “un símbolo masón por excelencia”, dice Rosa. Y menciona que también hay tres escalones en el ahura Centro Cultural Alberdi, antes Biblioteca Popular Juan Bautista Alberdi, creado también por masones como un espacio de luz y sabiduría, en diagonal a la parroquia Nuestra Señora de los Dolores. “La iglesia era antipática para los masones”, acota el profesor. “Cuando se planifica la construcción de la Iglesia, los masones sienten que se va a crear un centro oscurantista entonces deciden abrir en diagonal un centro de luz y ese centro de luz era la biblioteca porque ahí estaba la iluminación, la razón, la inteligencia”, explica Rosa. Recomienda para quien desee adentrarse en el universo de la masonería en Neuquén darse una vuelta por el Museo Paraje Confuencia.
En el recorrido, el visitante va sumergiéndose en los diversos acontecimientos históricos como leyendas urbanas que han surgido en torno al descanso de los difuntos, elementos fundamentales del patrimonio neuquino.??
El panteón de Mango, apunta Rosa, tiene cuatro escalones. “Puede suponerse que puede tener relación con el origen masón de la ciudad de Neuquén”, señala y aporta una explicación por el cuarto escalón “acaso las dos más fuertes inundaciones que se produjeron en los años 50 y 70 y que afectaron a la ciudad podrían haber socavado la base y por eso se puso ese cuarto escalón”.
“La Masonería en Neuquén cumplió un rol fundamental en el traslado de la Capital desde Chos Malal a su actual ubicación”, precisa Rosa. E l 12 de septiembre de 1904 se trasladó la capital a la zona de la Confluencia, impulsado por el gobernador Carlos Bouquet Roldán y Eduardo Talero, apoyados por el Ministro del Interior de la Nación, Joaquín V. González, todos iniciados en logias masónicas. Por otra parte, dice que en Neuquén había dos logias “Obreros Luz de Neuquén” y “La Verdad”, la primera fundada en enero de 1905 y la segunda al año siguiente y que tuvieron un papel fundamental en el diseño de la ciudad.
“Cuentan las crónicas históricas, que quienes diseñaron el plano original de la ciudad de Neuquén trazaron con escuadras y compases un diseño simbólico que la hermana con otras ciudades fundadas por una antigua sociedad conocida popularmente como la Masonería”, describe. Rosa, me dice, que quien abordó con entusiasmo el tema de la masonería en Neuquén ha sido Ricardo Koon, un incansable investigador de la historia patagónica, quien señala que la masonería estuvo muy ligada al entonces gobernador del Territorio Nacional Bouquet Roldán, a sus colaboradores, a los que demarcaron sus calles, a los primeros funcionarios públicos, a algunos edificios y sobre todo al trazado de sus planos. Menciona también como miembros de la masonería a Eduardo Elordi, el médico Julio Pelagatti, el farmacéutico Ferruccio Vergenazzi y José Edelman, uno de los primeros colonos.
Llama la atención de los visitantes que existen dos panteones de la Policía, uno es el de la Provincia, y unos metros más adelante se encuentra el de la Policía del Territorio, remarcando los dos períodos en que se divide la historia de Neuquén: la etapa del territorio (1884 a 1954) y la provincial (1954 a la actualidad).
Recorrer el cementerio y escuchar los relatos ponen en valor el patrimonio histórico y la arquitectura funeraria de la ciudad de Neuquén, explican desde la dirección de Patrimonio Histórico y Cultural de la Municipalidad. Para Rosa estas visitas “revalorizan el sentido que tiene la arquitectura funeraria en la vida de las ciudades y no con un sentido de tristeza o de dolor, sino de continuidad de la vida, de rescatar historias, leyendas y tradiciones orales y mitos urbanos”.
El recorrido va llegando a su fin porque en la puerta del cementerio aguarda otro grupo para sumergirse en los diversos acontecimientos históricos como leyendas urbanas que han surgido en torno al descanso de los difuntos, elementos fundamentales del patrimonio neuquino.?? Antes del final, Rosa cuenta algunos de los mitos urbanos que surgieron en torno al descanso de los muertos, como las mascotas que custodian con fidelidad a sus dueños, aún en el lugar de su descanso final. Pero esos relatos formarán parte de otra nota.
Como aclara Rosa, los apellidos de los personajes históricos, los cuales muchas veces sólo nos resultan familiares porque una calle lleva su nombre, junto a la información que consta en las placas recordatorias, bien puede actualizar nuestro conocimiento de la historia neuquina y por qué no encender nuestra curiosidad por saber más sobre ella.
Estas visitas guiadas al cementerio neuquino sigue, de algún modo, la tendencia que a nivel mundial va sumando cada vez más adeptos, que se denomina necroturismo, visitas a espacios relacionados con la muerte, las tumbas, mausoleos y cementerios. Y que en Neuquén se ha convertido en una actividad que convoca a cientos de vecinos y turistas durante todo el año con el objetivo de explorar ese ambiente misterioso.
Fotografías y producción: Luciana Navarro