Los "vice" suelen ser un problema para el sistema político tradicional argentino. En Neuquén el tema afloró con fuerza en el fin de año, el primer año de gestión, con la vicegobernadora Gloria Ruiz como protagonista principal de un melodrama que ella misma se encargó de aumentar. Antes, a nivel nacional, se había vivido una confrontación, de menor intensidad, con la presidente del Senado y vicepresidente de la Nación, Victoria Villarruel. Muy distinta la historia, pero, en definitiva, carga problemas sobre la relación entre el presidente Javier Milei y la vice.
Pero, en Buenos Aires, hubo una diferencia en esta arbitraria comparación entre parejas mal habidas: una gestión de paz. La protagonizó Guillermo Francos, el ministro jefe de Gabinete, con Victoria Villarruel, la vice cuestionada. Ambos estuvieron reunidos, charlando y siendo fotografiados generosamente. No trascendieron los conceptos de la charla, pero ni falta hizo: se quiso mostrar un gesto, y eso, en política, suele ser suficiente para encarrilar alguna situación como la existente.
En Neuquén no parece que fuera a pasar algo parecido, aunque en las primeras horas del escándalo el ministro Jorge Tobares se reunió con Gloria Ruiz. La recibió cuando el gobernador, Rolando Figueroa, (desilusionado y dolido, dijo después) no quiso hacerlo. Tobares no hizo ninguna gestión de paz, sino que le cantó "la justa" a la vicegobernadora. Es decir, le anticipó lo que podría pasar políticamente tal como estaban las cosas.
¿Habrá sucedido algo parecido entre Guillermo Francos y Victoria Villarruel?