CREADORAS DE IMÁGENES

Romina Resuche: navegando por la marea de la observación y acción hacia derivas de archivo

¿Qué sucede cuando una artista se apodera de un archivo fotográfico?
miércoles, 17 de febrero de 2021 · 18:55

Más allá de la técnica y del objeto artístico, la fotografía ha sido pensada como registro visual de un acontecimiento desarrollado en un momento y en un tiempo concreto, como elemento vital para hacer Historia. El registro fotográfico constituye uno de los patrimonios documentales que más amplia difusión ha tenido y conforma la memoria visual de una comunidad. Pero ¿qué pasa con cada historia personal dentro de esa comunidad? 

La aparición del intimismo en los años 80, llevó la atención del registro fotográfico al documento personal, al diario íntimo, a la importancia de la existencia propia contada en primera persona. Luego, las nuevas filosofías de las imágenes nos cuentan que los usos de la fotografía se han transformado, hoy sabemos que un archivo no habla por sí solo, nos hace hablar a cada una, cada uno. La creación de las imágenes suma una nueva columna que la sostiene, la que nos permite dar nuevos sentidos a las imágenes, a los archivos propios o encontrados. La fotografía ya no es el fin, es el principio de algo más. 

Nuestro archivo documental más cercano podría ser el familiar, aquella cajita de fotos guardada arriba del placard, la que se saca cuando algún familiar nos visita y desempolvamos imágenes, recuerdos, sentires. Pero dentro de aquella caja de recuerdos también existen olvidos, ausencias, historias que no tienen imágenes para ser contadas aún. Lo mismo puede llevarte al registro de la memoria social, política, colectiva. ¿Es posible dar cuerpo a aquellas historias que han sido borradas? ¿Pueden revelarse hoy las imágenes que no han sido creadas?

 

Romina Resuche es curadora desde el site especific, la estética relacional y la postproducción -desde, para y con la fotografía-, e investigadora de los usos del álbum fotográfico familiar. Desde hace algunos años irrumpe en la escena fotográfica para crear impacto desde el pensamiento, el archivo y la concesión de sentidos en la revelación de nuevas imágenes. Desde las encantadas y amarronadas aguas del Delta, donde desde hace algunos años tracciona la residencia para artistas Wabi Sabi, Romina crea ahora un programa de investigación sobre las acciones de creación artística en torno al archivo fotográfico.

A partir de la investigación colaborativa comparte sistemas de creación de imágenes para aquellos registros que nos fueron arrebatados; para dar vida a aquellas imágenes que no pudieron ser, y a las historias que, en secreto, han vivido en alguna imagen y hoy nos damos el permiso de revelarlas. 

Este programa cuenta con la participación de mujeres creadoras de imágenes y nuevos relatos; entre ellas se gestionan investigaciones, curadurías, libros, revisión de memorias y un existencialismo que moviliza.

 

NUEVOS SENTIDOS

Desde las fuerzas naturales del Delta, Romina Resuche nos cuenta sobre su obrar y Archivos y Activaciones, un programa de estudio que nos permite dar nuevos sentidos a las imágenes.

¿Quién estás siendo?

Estoy siendo una versión de mí mucho más interesante de lo que alguna vez pensé de mi yo futura. Me sorprendo. 

¿Cómo te vinculas con la imagen fotográfica?

Me vinculo tomándola más como punto de partida que como objetivo. No es mi campo de acción concreto, sí es el territorio en el que me muevo, o quizás uno de los objetos clave para el juego de mirar en distintos tiempos y abrir capas de visión para la vida . Me importa el quehacer desde sus reflexiones y ejercicios, pero me aburre todo lo técnico en relación a la fotografía en sí. Creo que sigue siendo un campo diverso, que vincula muy fuertemente a las personas, eso es lo que me hace seguir en sintonía. Y que está presente en todos los mundos y habita desde muchos lugares su razón de ser, desde siempre.

 

¿Cómo llegó tu atención a la fotografía de archivo?

A poco de empezar a experimentar la curaduría como posibilidad de comunicación y de acompañamiento de procesos, me topé con la urgencia y la pregunta de muchas creadoras y creadores de imágenes en relación a las imágenes existentes, matéricas, del fuero privado. Esas fotos heredadas, atesoradas, con historias o secretos o con contenido afectivo, o incluso compradas en rastros o encontradas, pero como materiales abiertos para la creación y la reflexión. Empecé a mirar lo que se considera archivo (algo guardado, reservado, disperso u ordenado) como una vía de búsqueda para algo más. En los archivos, desarchivos y anarchivos está el potencial de las historias no contadas, de las narrativas negadas, ocultas o silenciadas o de una otra historia, micro o macro. Me atrajo el misterio que sobrevuela a la fotografía “de archivo”.

¿Por qué sentís que es importante volver al archivo personal? En base a tu experiencia como coordinadora, guía, curadora ¿Qué acciones trascendentales se desprenden de ese vínculo? (persona/archivo)

No sé si siempre es importante volver al archivo. Al menos al matérico no siempre se puede volver. A veces ni existe uno propio o sobreviviente de los avatares de una mudanza, algunos exilios, muchas circunstancias o hasta catástrofes masivas como una guerra o un tsunami. Mi ejercicio de la curaduría tiene base fuerte en las experiencias de vida y en las visiones posibles a partir o enfocado en lo urgente, por ende entiendo que las acciones que pueden trascender son tanto las personas como las sociales estructurales. En algunos casos el archivo enuncia una existencia, en otras es una representación de lo que es bueno ya no cargar, y en otras pasan otras cosas. 

 

¿De qué se trata “Archivos y Activaciones”? ¿Desde qué deseo, pulsión o necesidad nace?

Surge de una lectura de campo, en un tiempo específico en el que hay un creciente interés o mayor foco quizás; pero sobre todo muchas acciones en consecuencia de esa curiosidad e incluso necesidad -social, personal- en torno, en relación a los archivos fotográficos y lo biográfico, la memoria, el olvido. También surge de comprobar lo que la labor, la reflexión, la activación y el desarchivo pueden aportar a variadas disciplinas artísticas, a muchas ramas de estudio, a infinitas prácticas y teorías, y a la vida en general.

Ya estamos más allá del boom de los archivos o de la fiebre de archivo, y el recorrido que se viene haciendo permeó y fue permeado por un presente incierto y extraño que pide la revisión de la línea de tiempo, de los sucesos y sus reiteraciones; y demanda nuevas construcciones, nuevas visiones, además de toda la deconstrucción que sea posible y más.

 

¿Cómo está pensada la pedagogía de este programa? 

Está pensada desde lo intermedial, porque los proyectos diversifican sus búsquedas y derivas al concretarse en muchos formatos y con múltiples propósitos; y desde la necesidad de rastrear el desarme evidente de las estructuras cristalizadas para ver una imagen. 

¿Cómo se activa y con quiénes? ¿Qué criterio seguiste para elegir a cada persona que forma parte de este programa?

En los talleres, encuentros y residencias desde los cuales acompaño procesos, me apoyo en las referencias contemporáneas, no solo resonantes o “inspiradoras”, si no en aquellas que pueden ser consultadas, discutidas, palpables o alcanzables de algún modo. Desde lo territorial geográfico y político como lo territorial filosófico y poético. Esto también es un pilar del programa, lo motiva, de hecho las activadoras son también referentes citadas con sus textos o sus obras o sus métodos e improntas en las clases y talleres que vengo dando. 

 

Las activaciones serán tan variadas como las activadoras y sus pensares y haceres. Habrá ejercicios, planteos, lecturas, revisiones, consignas y actos específicos asociados a las fases y a las exposiciones y planteos de las activadoras.

La orientación de este programa, impulsado por la heurística, las teorías presentes y las prácticas artísticas contemporáneas, apuesta a la intermedialidad de los proyectos. Partiendo del desarmado de nociones hegemónicas de archivo, se experimentará desde variadas prácticas, para observar, habitar, intervenir y activar archivos.

Equipo activador: Virginia Aillon - Cynthia Shuffer - Arola Valls - Marie Bardet - Josefina Zuain - Camila Fabbri - Inés Ulanovsky - Asunción Casa Editora - Alma Laprida - Cristina Nuñez - Jazmin Adler - Azul Aizenberg - Soledad Sanchez Goldar - Ana Volonté e invitados.

¿A quiénes está dirigido este programa?

A artistas de todas las disciplinas, y a personas vinculadas a labores con archivos o con investigaciones en torno a los usos del archivo con fines artísticos, políticos, sociales y terapéuticos.

¿Nos recomendas tres artistas que trabajen desde el archivo fotográfico?

Julia Borissova, Erik Kessels y Celeste Rojas Mugica.

 

Para saber más del programa de investigación : http://proyectoimaginario.com.ar/archivos-activaciones.php 

 

 

 

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