MURALES
La raíz de un pueblo, en la pared y para siempre
Puerto Madryn tiene historias para contar. Y no sólo las de ballenas, o postales de mar y horizonte. “Ciencia al Viento, Paseo de Murales” es una invitación a descubrirlas, encontrarlas y hacerlas propias.Por Betania Crespo, periodista y patagónica. Desde Trelew, Chubut.
¿Pueden la historia, la Naturaleza y el arte unirse en una propuesta turística? Diego González Zevallos, asegura que sí. Y tiene pruebas.
Es Dr. En Ciencias Biológicas, Investigador Adjunto del Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas IPCSH CCT CONICET-CENPAT, y uno de los impulsores fundamentales de esta propuesta.
Para empezar, nos cuenta que "Ciencia al Viento. Paseo de Murales" es un proyecto de investigación en turismo que pretende diseñar, planificar y desarrollar iniciativas de turismo científico a escala local, con foco en la ciudad de Puerto Madryn. Así, persigue el objetivo de contar historias que tienen que ver con la identidad de la ciudad a través de murales de grandes dimensiones ubicados en distintos puntos en el mapa.
Video: Diego González Zevallos en CIENCIA AL VIENTO - Paseo de Murales sobre el Mural "Vida Portuaria".
¿Cómo y cuándo comenzó este proyecto?
Comenzó entre el 2016 y 2017 a través del financiamiento del CONICET y el Ministerio de Turismo para el desarrollo de alternativas de turismo guiado en la parte exterior del edificio del Centro Nacional Patagónico (CENPAT). En el marco de una línea de investigación se concursó y se obtuvo el apoyo. Así avanzamos en el desarrollo del recorrido guiado que incluía un mural, que fue el primero y que se llamó “De las patas a las aletas” y cuenta la evolución de los cetáceos hasta llegar a la Ballena Franca Austral.
Lo planteamos como un turismo científico accesible para todo público, que permite entender y respetar las identidades de todas las regiones y se propone también una metodología de investigación participativa.
Después se sumaron otras expresiones artísticas. ¿Cuáles son?
En el puerto de la ciudad hay dos: uno que se llama “Vida portuaria” que busca acercar la actividad a la ciudad, ponerla en valor. Ese mural es el más grande del proyecto, tiene 65 metros de largo por 5 de alto y se hizo sobre la pared de un galpón portuario. Otro de los trabajos ya hechos es el mural “Malvinas” y rescata un episodio grabado a fuego en la memoria de los y las madrynenses: la vuelta al territorio de los soldados que habían ido a la guerra, y el recibimiento de los vecinos y vecinas. El cuarto mural habla del monte y la estepa y está ubicado junto al primero, “De las patas a las aletas” en las afueras del CENPAT. Cuenta detalles de la flora, la fauna, el suelo de la estepa patagónica y otras identidades del monte de la región.
Fotos: Mural "El Regreso de Malvinas". Medidas: 35 x 4 metros. Ubicado en el Muelle Almirante Storni. Artistas: Martín Cofré, Tomás Gimbernat, Jorge Vásquez y Claudio Segundo.
¿Qué otras historias de Madryn y la Península quedan por ser contadas con este tipo de iniciativas?
Hay cientos de historias por ser contadas. Porque en general el turismo científico hace foco en el turismo del conocimiento, porque engloba al turismo histórico, paleontológico, geológico, ornitológico, biológico. Puede ser imaginado como una alternativa turística que apunta a un sector de y para personas graduadas, especializadas en algo, o a gente que acompaña a científicos/as en sus campañas de trabajo. En este caso lo planteamos como un turismo científico accesible para todo público, que permite entender y respetar las identidades de todas las regiones y se propone también una metodología de investigación participativa. Apunta a la transdisciplina, es decir, ir más allá de la disciplina y construir conocimiento a partir de los saberes locales.
Fotos: Fragmentos de el mural "vida portuaria".
Ciencia, Turismo e Historia
Gonzáles Zevallos destaca que estos aspectos se articulan a partir de un eje que es el turismo científico. La ciencia aporta a la actividad turística el conocimiento que hace falta para mantener actualizados los productos turísticos, o para generar nuevos.
El turismo para la ciencia funciona como un gran agente multiplicador. Es un atajo para llegar a sectores de la sociedad a los que la ciencia por sí sola no podría alcanzar
Y suma: “Es un valor agregado que el sector siempre busca. Por su parte, el turismo para la ciencia funciona como un gran agente multiplicador. Es un atajo para llegar a sectores de la sociedad a los que la ciencia por sí sola no podría alcanzar”.
Video: Mural: Evolución de los Cetáceos.
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En este sentido, el investigador plantea que “esta articulación sin embargo, no apunta a la masividad ni al aspecto más convencional del turismo, sino, justamente a promover un turismo del conocimiento. Esta alternativa, en este contexto de pandemia funciona con grupos reducidos e instruidos que buscan algo más que bajar del bus y sacarse una foto con un lindo paisaje. Buscan conocimiento, y descubrir la matriz sociocultural del lugar que visitan”.
Foto: Mural "Evolución de los Cetáceos". Los artistas Jorge Augusto Vásquez y Claudio Omar Segundo fueron los seleccionados para contar a través del arte y de la información que científica como fue el proceso evolutivo que se inició hace 50 millones de años.
Con “Ciencia al Viento, Paseo de Murales” Puerto Madryn ha encontrado la manera de contar su propia historia aprovechando la combinación de arte y ciencia en un mensaje cargado de identidad y que lleva el sello de esta ciudad al borde del Golfo Nuevo.