La Hermana Mónica Astorga, de la congregación de Carmelitas Descalzas, que desde hace unos años acompaña a las mujeres trans de Neuquén y de otros puntos del país para rescatarlas de la prostitución y las drogas, recibió en las últimas horas la aceptación de su solicitud de desvinculación de la mencionada orden a través de un decreto del Vaticano.
"Aún habiendo estado a la espera de su llegada, no puedo negar que mi corazón se siente roto y sangrante. No formó ni formará parte de mi deseo ni voluntad dispensar mis votos como Consagrada a Jesús", escribió en su cuenta de Facebook la religiosa, quien luego de su paso por Neuquén y Córdoba, actualmente se encuentra en Buenos Aires ayudando a la gente en situación de calle, asistiendo a los internados en el Hospital Borda, a quienes les brinda un servicio de podología, como así también a las mujeres trans.
El apoyo expresado en su momento por el papa Francisco a su labor, no fue suficiente para que sectores de la Iglesia cuestionaran su acompañamiento a las integrantes del colectivo trans. "Fueron cuatro años dolorosos, en los que viví la traición tanto de las Hermanas que vivían conmigo en el Monasterio como del actual Obispo. Sin lograr esconder su desprecio hacia ciertos grupos sociales, opusieron con vehemencia múltiples obstáculos y dolorosas espinas para intentar apartarme de la vida religiosa", expresó en el comunicado que difundió. "Pusieron en cruel cuestionamiento el sentido de pertenencia para con el espíritu del Carmelo que tuvieron todos los acompañamientos que durante tantos años he realizado para personas enfermas, en situación de plena pobreza, personas privadas de la libertad y especialmente personas trans", agregó.
Astorga nació en Buenos Aires en 1967 y a los 7 años despertó su vocación religiosa, a pesar de la férrea oposición de su familia. Siendo adolescente se incorporó a la Parroquia de San Pantaleón del barrio de Mataderos y en 1985 llegó a Neuquén para ordenarse en la congregación de Carmelitas Descalzas, en el monasterio de la ciudad de Centenario. Fue en este lugar de vida contemplativa que se acercó a la realidad de las mujeres trans a través de Romina, quien un día le fue a pedir ayuda por su estado de vulnerabilidad. “Romina había ido a la parroquia Nuestra Señora de Lourdes del barrio Progreso, y cuando le preguntaron de qué trabajaba, respondió que se prostituía porque por su condición de travesti no conseguía otro empleo. Le preguntaron si necesitaba ayuda y fue ahí que el padre Ítalo Varvello y la hermana Mariucha Dambroggio se contactaron conmigo y me preguntaron si podía ayudarla”, le contó alguna vez a este cronista.
Astorga recibió a otras mujeres del colectivo a quienes asistió y acompañó logrando algunos objetivos como la personería jurídica para una organización que crearon con la finalidad de llevar adelante un lugar de contención y refugio donde funcionan talleres de oficios, de costura y peluquería. Muchas de ellas se convirtieron en microemprendedoras como costureras, peluqueras. Unos años después, en plena pandemia, Mónica que contó con la colaboración de los gobiernos provincial y municipal de Neuquén para la construcción de un complejo de doce monoambientes en el barrio Confluencia para que los ocuparán mujeres de entre 40 y 60 años, elegidas por su estado de extrema vulnerabilidad social.
Por su trabajo de inclusión y defensa de mujeres trans, la religiosa recibió numerosos reconocimientos como el que le concedió la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires como personalidad destacada en el ámbito de los Derechos Humanos y por la Federación para la Paz Universal (UPF), entre otros. “Mucha gente me pregunta cómo puede ser que esté acompañando a travestis. Yo les respondo que para mí fue el regalo más grande de mi vida”, afirmó cuando recibió un reconocimiento.
Astorga confesó que a pesar del dolor "frente a esta herida que aún no termina de sanar", siente la conciencia en paz y asegura que "nunca me arrepentiré de haber caminado junto a la gente marginada que se fue presentando en mi camino". Sostuvo que "jamás lamentaré los casi 20 años que acompañé, acompaño y seguiré acompañando a mis queridas mujeres trans y a todo el colectivo LGBT+", concluyó.