El Senado convirtió en Ley el aumento a jubilados de 7,2 por ciento y elevación de la suma fija (bono) de 70 mil a 110 mil pesos, con mayoría opositora al gobierno, que ahora está ante el desafío de aplicar (o no) el veto del presidente Javier Milei, argumentando el cuidado del equilibrio fiscal, en un rubro difícil pues denota el notable atraso salarial que sufre el sector pasivo, mayoritariamente, en Argentina.
La cámara de Diputados había aprobado el proyecto de ley a principios del mes pasado, y ahora el Senado votó por mayoría en el mismo sentido, en medio de un contexto político enrarecido, con los gobernadores reclamando fondos y la oposición fortalecida más allá del kirchnerismo, en temas de profunda implicancia social.
La iniciativa que incrementa las jubilaciones y el bono fue sancionada por 52 votos y 4 abstenciones; los votos fueron aportados por peronistas, radicales y partidos provinciales, con lo que se superaron los dos tercios de los sufragios. También se aprobó la extensión de la moratoria, que resultó aprobada por 39 votos afirmativos, 14 negativos y una abstención.
Incluso los gobernadores "dialoguistas", o moderados en sus niveles de oposición, habían dejado trascender el respaldo al incremento extra para jubilados. En Neuquén, por ejemplo, el diputado nacional Osvaldo Llancafilo, uno de los legisladores que sintonizan con el actual gobernador Rolando Figueroa, había votado, en la cámara, el 4 de junio, a favor del incremento; y había justificado su voto en la certeza de lo atinado de una medida que corrige en parte el desfase salarial de los pasivos, sin poner en riesgo, a su juicio, el equilibrio fiscal presupuestario.