Cuando el amor por la tierra se transforma en acción: así fue la limpieza del río Agrio en Loncopué
No se trató solo de bolsas de basura ni de residuos recolectados. Lo que ocurrió este miércoles en Loncopué fue una muestra clara de lo que sucede cuando el compromiso con el lugar que habitamos se vuelve colectivo, sincero y profundo.
Convocados por el Área de Ambiente de la Municipalidad, un grupo de vecinos y vecinas de la localidad se reunió en la costa del río Agrio para realizar una jornada de limpieza. En pocas horas, lograron retirar gran cantidad de residuos que estaban dispersos en la ribera y en el balneario, devolviéndole a ese espacio natural algo de su belleza original.
Pero más allá del impacto visible, la jornada dejó una huella aún más valiosa: la de una comunidad que entiende que el cambio empieza por casa, con pequeños gestos, con decisiones simples y con la voluntad de no mirar para otro lado.
Una comunidad que cuida lo que es de todos
Este tipo de iniciativas no solo mejoran el entorno natural: también fortalecen los lazos sociales y el sentido de pertenencia. Cada persona que se sumó lo hizo por convicción, por amor a su lugar, por respeto al río que forma parte del paisaje cotidiano y de la identidad de Loncopué.
Desde la Municipalidad destacaron que la actividad tuvo también un enfoque educativo y reflexivo, ya que permitió pensar en el impacto de nuestros hábitos y en cómo cada acción —desde tirar un papel al piso hasta decidir participar de una jornada de limpieza— puede marcar la diferencia.
El poder de los pequeños gestos
Lo que pasó en la costa del río Agrio es, en definitiva, un mensaje claro: cuando las instituciones y la ciudadanía se encuentran en el compromiso, el resultado no solo se ve, se siente. Y eso contagia.
Porque no hay política ambiental posible sin comunidad. Y no hay comunidad posible sin conciencia. En Loncopué, esa conexión volvió a florecer junto al río. Y eso, en estos tiempos, no es poco.