Nido de las manos

Hombres con navaja

Para los maestros de la navaja, los hombres que eligen ir a la barbería no van tras de un “cortarse el pelo” solamente, van en busca de un espacio propio y de un nuevo look.
viernes, 10 de mayo de 2019 · 16:41

Por María Marta Martínez.

Las barberías son un nuevo espacio no solo para que los varones se corten el pelo, también son un espacio para que el barbero explore y explote toda su creatividad. En Neuquén hay varios locales que ofrecen servicios de corte con máquina, tijera o navaja, con el plus de pasar un rato placentero compartiendo música, charlas, mates y alguna cerveza.

La barbería Concebidos y Criados Barbería está ubicada hace un año y medio en uno de los barrios más antiguos de Neuquén y es un espacio dedicado exclusivamente a hombres de todas las edades con estilos, gustos y preferencias diferentes.  Para conocer más de este oficio, charlamos con Maxi y Gastón, dos de sus dueños.

Vivir de mis manos

Gastón cuenta que el nombre que eligieron para la barbería, no fue pensado por ellos sino que salió de la buena onda de un vecino. “Nos preguntó si éramos ´CYC´. Nosotros no entendíamos a qué se refería y nos explicó que ´CYC´ significa ´concebidos y criados´, diferencia de los NYC que son nacidos pero no concebidos (risas)”, recuerda.

Entre risas explica que la idea de la barbería surgió por una necesidad laboral de los 3 socios (Maximiliano Balcedo, Víctor Soto y Gastón Campas). Los tres querían trabajar de forma independiente. “Encarar esto, fue decir ´quiero vivir de mis manos, quiero tener mi tiempo. Yo, particularmente, siempre trabajé con jefes entonces este negocio es un mundo nuevo donde los tres intentamos hacer una empresa horizontal, donde todos somos iguales”.

Foto: “El cabello sirve para esculpir a una persona” dice Gastón, confirmando la intuición de quienes entienden que los cortes del barbero también son expresiones de su creatividad.

¿Qué cosas suceden dentro de la barbería?

G: Acá pasa de todo, se habla de todo. Hay gente que viene para poder descansar, otros vienen a relajarse y mientras se cortan el pelo y se arreglan la barba. Creo que lo que busca quien viene a nuestra barbería es la dedicación que acá encuentran. No sólo que nuestro servicio es de una hora por cada persona, sino que tratamos de llegar a la definición más correcta posible del corte. Esto es dedicación absoluta. Muchos descubren un mundo nuevo, se forma un círculo de clientes que ya se conocen, otros que saben un montón porque hace años que se cortan con nosotros. Por ejemplo, tenemos un cliente que hace años que todos los sábados viene y nosotros lo afeitamos.

¿Qué tipo de hombre viene?

Es muy basta nuestra clientela. Vienen desde adolescentes buscando los nuevos cortes, más modernos, hasta gente que trabaja en política, o en un banco y que busca un perfil más clásico. Y acá encuentran un espacio para relajarse, lookearse y verse bien. Pero más que nada son profesionales que quieren estar presentables en el trabajo.

Foto: las herramientas de trabajo del barbero son la tijera, la navaja y la máquina de afeitar.

¿Qué es lo diferente a una peluquería tradicional?

La diferencia entre una barbería y peluquería es que nosotros trabajamos afeitados con navaja. La navaja es una herramienta que no todo el mundo se anima a agarrar o no a todo el mundo le gusta. Es un filo cortante por eso todo tiene un por qué, desde cómo se agarra a cómo se apoya, hasta que se termina el afeitado.  

¿Qué y cómo lo proponen?

M: Vos llegas acá y primero nos tomamos dos mates. Me contás un poco de tu vida, si usas casco, gorra, si tenés algún tic de tocarte el pelo para algún lado en especial, si te peinas o no te peinas. A partir de ahí pensamos el corte ideal. Y después, también proponemos. Si veo que esa persona ya viene peinada de su casa, puedo arriesgarme a hacerle algo más porque sabés que esa persona en su casa le dedica cierto tiempo al cabello.

Foto: Maxi disfruta de cada corte porque para él, quien llega a la barbería también es un amigo.  

¿Qué cualidades tiene un barbero?

G: primero que nada hay que estudiar. Esto es una profesión. Primero hay que estudiar peluquería que te permite entender con qué estás trabajando, el cabello, y te enseña a usar las herramientas. También tenemos que aprender la composición craneal de las personas para ver la contextura. El barbero se tiene que dedicar a estudiar y estar en constante capacitación. No podés parar porque la moda cambia todo el tiempo y no toda la gente pide lo mismo. Y después, para mi ser barbero es buscar la perfección de lo que hacés. 

Ustedes también son una “bigotería” ¿en qué consiste?

G: Es trabajar la barba y el bigote en estilo como el mostacho, el bigote hacia arriba o la barba larga o bien perfilada. Hay de todo. Hay distintos estilos pero nosotros hacemos el clásico. Y también hacemos perfilado de cejas.

Foto: cada tanto los visita algún colega invitado. 

¿Hay alguna tendencia?

M: Hay una tendencia de volver más a los clásicos de los 80 o 90, de volver a cortes más cuadrados, sin tanto dibujo pero nosotros hacemos el corte más clásico, bien prolijo y que sea duradero.

¿Qué es el Buzz Cut?

G: Es un estilo de corte tipo militar. Es bien rápido y no requiere peinado. Es casi un rasurado y se usan dos medidas nada más.

Foto: la barberìa es un espacio masculino, repleto de fotos, dibujos, figuras y tijeras antiguas.

¿Y el corte más curioso?

G: A mí me gusta el flattop. Es un corte totalmente cuadrado, tipo mesa, puesto en la cabeza. Y el que hacemos nosotros es más extremo porque se pela desde la cúspide de la cabeza, para atrás y genera un cuadrado arriba.

¿Cuál es el corte que más les gusta hacer?

G: A mí me gusta hacer el corte ejecutivo, un corte con peinado lateral, con una línea bien marcada con navaja. Me gusta mucho como queda peinado. 

Foto. Gasrón asegura que este oficio le dio todo.

¿Qué es lo que más disfrutás de este trabajo?

Mi: Lo más lindo de una barbería es el vínculo con el cliente. Tenemos muchos amigos que empezaron siendo clientes y hoy pasan a saludar, a tomar mate, nos cuentan cosas personales, nosotros a ellos también. Es muy lindo porque ya sabés quién es esa persona cuando viene.

G: La barbería a mí me dio todo. Yo no soy un master barber, me considero un aprendiz y creo que toda mi profesión voy a ser una aprendiz. Pero siempre trato de llegar al más mínimo detalle. Y lo disfruto mucho cuando todo fluye y la gente se va contenta y pasan un montón de cosas lindas. Hoy vino un vecino que hacía más de dos meses que no se cortaba el pelo. Entró, se miró al espejo y me dijo: “Mirá, se me están cayendo la chapas”. Entonces yo le explique lo del masaje, el aceite, etc. Me miró y me dijo: “Mirá, vengo de hacerme quimio, lo que necesito es que con el largo que me queda, tapar un poquito”. Entonces le hice un corte para eso y cuando terminé me dijo: “Me rejuveneciste”. Y se fue. Eso me reconforma más que el hecho de que me paguen el corte. Listo, ya está”, dice Gastón.

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