Nido Blando
Una historia de escuelas rurales y fotos hermosas
Desde hace más de un año, dos fotógrafos argentinos andan rodando por el país recorriendo escuelas rurales de aquí y de allá. El objetivo es destacar y valorizar la misión de la escuela rural, visibilizar las características sociales e individuales propias de cada espacio educativo y dejar a los alumnos un recuerdo de su vida escolar. Hermoso.Desde hace poco más de un año y medio, los fotógrafos Erica Voget y Bernardo Greco pusieron en marcha “Memoria Escolar”, un proyecto de fotografía documental que es antropológico y federal; solidario y emocionante; y que nos permite conocer decenas de escuelas rurales de todo el país.
“Es un proyecto social, artístico y documental donde el principal objetivo es llegar a aquellos nenes que viven en zonas rurales y acercarles la fotografía en papel para que tengan un recuerdo de la escuela, es un registro de identidad que dura toda la vida. Quizá para nosotros es algo cotidiano pero para ellos es una sorpresa, es algo nuevo”, nos cuenta Érica desde La Plata (Buenos Aires).
Por su parte, Bernardo nos explica: “Desde nuestra mirada de fotógrafos también nos interesa poder contar la realidad argentina, mostrar las políticas educativas de las provincias y ver el amor que ponen los docentes rurales”.
Los dos fotógrafos viajan una vez por mes con una impresora profesional a cuestas y sacan: una foto escolar para cada alumno, una grupal, una documental dentro y fuera del aula y otra del paraje donde se encuentra ubicada la escuela.
”Nos interesan las escuelas rurales, alejadas, de hasta 20 o 25 alumnos. Nos centramos en las escuelas primarias pero como sabemos que muchas escuelas tienen aulas plurigrado, si hay niños de jardín de infantes o secundaria, también se suman al proyecto”, continúa la fotógrafa platense.
¿Cómo organizan tremenda movida?, les preguntamos. Y Érica nos cuenta: “Viajamos una semana por mes y tratamos de diagramar para no tener tiempo muerto entre escuela y escuela. Hemos hecho hasta 5 escuelas en un viaje, pero no es fácil porque hay mucho traslado y generalmente no están ubicadas en lugares accesibles. Tres escuelas en una semana es un buen promedio y nos gusta quedarnos y compartir con la comunidad, conocer a la familia de los nenes, ir más allá de lo educativo y dar visibilidad a la parte rural, que es tan enriquecedora”.
Tantos viajes, tantas escuelas, tanta gente pasa por las vidas de Érica y Bernardo que dejan huellas y recuerdos que quedarán grabados por mucho tiempo. “En Misiones había una nena que tenía de mascota a una gallineta. Recuerdo que la tenía en su pupitre y la llevaba en su mochila; en Neuquén, había una nena que estaba tan contenta de tener visitas que se tiraba al piso y daba vueltas de la alegría que tenía”, recuerda Érica. Y Bernardo nos dice: “Muchas veces llegamos a las escuelas y nos tiene preparadas sorpresas. El último viaje fue a Salta y nos estaban esperando para inaugurar el techo del invernadero”.
"Memoria escolar" está en marcha, quién sabe qué nuevas escuelas esperan a Érica y Bernardo, quién sabe qué nuevas sonrisas recibirán a los viajeros, quién sabe cuántos niños y niñas de todo el país recordarán sus días en la escuela gracias a este proyecto asombroso.