A esta altura del año comenzamos a pensar en las vacaciones. Elegimos destino, hacemos números y soñamos con disfrutar de tan merecido descanso.
Inevitablemente surgen las preguntas ¿quién cuidará del gato, del canario, de la tortuga y los peces? ¿Qué hacemos con el perro?
Y allí se comienzan a barajar nombres, posibilidades y soluciones.
Siempre hay un familiar, un amigo o un buen vecino que podrá ocuparse de ellos en nuestra ausencia.
Los gatos son territoriales, por lo tanto es recomendable dejarlos en casa para no sumarles al estrés de la ausencia el que les puede ocasionar estar en un lugar desconocido. Alguien que a diario les de agua, comida y un poco de compañía, será suficiente para que nuestro minino sobreviva a la separación transitoria. De todas maneras si fuese inevitable el traslado, publicaremos un artículo exclusivo con sugerencias para hacerlo de la manera menos traumática.
Con las aves, hámster y peces la modalidad es la misma. Agua, comida y limpieza de la jaula para los primeros y alimento dosificado para los segundos. Las tortugas se suman a las mascotas pasivas que igualmente deben recibir a diario su ración de comida y agua. Aunque lo ideal sería que todos estos animalitos estuvieran en su hábitat natural.
Pero ¿qué hacemos con el más pegote? ¿Con el más demostrativo, el que ve por nuestros ojos? ¿El que nos espera cada día reconociendo el ruido de nuestros pasos, del auto o de las llaves? Sin dudas el perro es el que más nos ocupa.
Llevarlo con nosotros es lo ideal. No solo él va a disfrutar nuestra compañía, sino que tendremos un entretenimiento extra viéndolo derrochar toda su alegría. Si nunca ha salido en auto tendremos que hacer algunas pruebas previas para ver si se adapta. Algunos perros se marean, por eso conviene probar haciendo tramos cortos con el objetivo de dirigirnos a un lugar placentero como una plaza, el parque o el río. La mayoría se sentirá a gusto en poco tiempo.
Antes de iniciar el viaje, es conveniente un ayuno sólido de seis horas como mínimo para evitar vómitos o malestares gástricos. No olvidar llevar una porción del alimento que consume siempre y darle de beber agua en algún descanso donde aprovechará para hacer sus necesidades y caminar un poco. Si el animal fuese un nervioso o temeroso, consultar con el veterinario la posibilidad de darle alguna medicación.
Si por la razón que fuere el perro no viniera con nosotros durante las vacaciones, la recomendación es la misma que con los otros animales. La posibilidad de que alguna persona que él conozca lo visite todos los días y le prodigue juegos y cariño, además de agua y comida puede ser una de las opciones.
La otra alternativa es una guardería canina. Es importante conocerla y tener referencias antes de dejarlo alojado. Una visita con él al predio es una buena idea para que vaya familiarizándose con los cuidadores y con otros perros. Si bien es cierto que al principio un poco puede extrañar, también es cierto que tendrá sus propias vacaciones y se va a divertir muchísimo. Mediante juegos, caricias y actividades para sociabilizar y estar con otros perros, volverá a su esto natural de estar en manada y lo disfrutará mucho. Siempre vamos a encontrar una solución. Lo que desde “Colas y Bigotes” te pedimos, es que nunca, pero nunca los abandones, bajo ningún concepto. Para ellos sos lo más importante en sus vidas. Darían la suya para defenderte. No traiciones su amor y su confianza. No los abandones.
¡¡¡POR FAVOR!!!