Hace unos días, la NBA aprobó un plan para que la liga de básquet se continúe jugando en el complejo de Disney ubicado en Orlando hacia fines de julio. Para que se lleve a cabo este formato, los jugadores deben dar el visto bueno. En una videoconferencia con 80 jugadores, con el base de los Nets, Kyrie Irving a la cabeza, se planteó no apoyar el plan de regreso. El ex Cleveland -no podrá jugar por lesión- aclaró que es por los riesgos que supondría competir en medio de la pandemia de coronavirus. Otro motivo es la necesidad de que los jugadores sigan enfocándose en apoyar el movimiento contra el racismo surgido a raíz del crimen de Floyd el pasado 25 de mayo.
"No apoyo ir a Orlando. No estoy con el racismo sistemático y la basura. Algo huele un poco mal. Queramos admitirlo o no, somos marcados como personas negras cada día que nos levantamos", habría dicho Irving en la reunión virtual según reporta el medio digital The Athletic.
Además del base de Brooklyn estuvieron presentes Chris Paul, presidente de la NBPA, Joel Embiid y Kevin Durant, entre otras figuras. La ausencia más importante es la de LeBron James, de Los Ángeles Lakers. Este último, quien es un activista contra el racismo, había dicho que no habría problemas de volver a la competencia y paralelamente continuar con la lucha por la igualdad de los derechos.
No fue el único tema que se charló. Otros temas fueron la posibilidad de donar cada uno de los 80 jugadores un total de 25.000 dólares a una causa que elijan. Además, se comunicó la posibilidad de una pérdida de dinero importante si deciden no jugar, ya que los dueños podrían apartarse del convenio colectivo de trabajo que tienen firmados. Por último, la NBPA (el sindicato que representa a los jugadores) anunció que es muy probable que la temporada 2020/21 entera se juegue sin público.