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“El asesino de mi hermana Valeria está más protegido que juzgado”

La familia de la joven que fue asesinada en 2024 por su ex pareja exige justicia. Lo hacen porque una jueza recaratuló la causa, y la pena  pasará de perpetua a una condena máxima de 25 años.

Sabado, 05 de julio de 2025 a las 20:00
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Valeria Lobos fue baleada por su ex pareja el 12 de octubre de 2024

“Valeria era mamá y sus dos hijos crecen con su  ausencia irreparable, preguntándose por qué su asesino no recibe  el castigo que merece. Y esa pregunta también nos la hacemos nosotros, todos los días”.

Con esas palabras se expresó, a través de un comunicado, la hermana de Valeria Lobos, la joven de 36 años que en octubre de 2024  fue baleada en su casa de Centenario por su ex pareja, Franco Montoya.

Ahora la jueza Carina Álvarez cambió la carátula del crimen. El  caso ya no será  femicidio sino  homicidio agravado  por el uso de arma de fuego. Con ese giro la pena pasará de perpetua a una condena máxima de 25 años.

Sobre esta decisión su hermana Tamara fue concreta. “Nos cuesta entender y seguir creyendo en la justicia, pero lo intentamos, aunque cada día es más difícil. Lo que pasó con Valeria fue evitable. El asesino tenía antecedentes penales. Tendría que haber estado preso. Sin embargo, estaba libre. Y no solo eso: hoy, a pesar de las pruebas, los testigos y el daño irreparable que causó, parece estar más protegido que juzgado. Es todo al revés”.

“Cada día sin Valeria duele-continuó- Pero en fechas especiales el vacío es aún más insoportable: su cumpleaños, el día del padre, los días en los que debería estar con sus hijos, con nosotros, celebrando la vida. En lugar de eso, estamos pidiendo que se haga lo que debería ser automático: justicia”.

¿Cómo fue el crimen de Valeria Lobos?

Cabe recordar que el crimen de Valeria Lobos fue el 12 de octubre de 2024. La joven, de 36 años, fue baleada en su casa, ubicada en las calles Benito Machado y Mari Menuco, de Centenario. En esa vivienda comenzó  a convivir con Franco Montoya. Durante su convivencia hubo reproches porque el hombre no contribuía económicamente para los gastos. Como la situación no varió, ella le pidió que se fuera, y comenzó a acercarle sus pertenencias. Eso provocó la ira de su compañero, que tomando un arma ‘tumbera’, de fabricación casera, la baleó en su abdomen y huyó.

De hecho, el violento estuvo unos días prófugo de la Justicia. Mientras tanto la joven estuvo hospitalizada dos meses luchando por su vida. Pero la herida fue tan grave que en diciembre, tras varias operaciones fallidas, murió.

Hoy la jueza Álvarez sostiene que  “para calificar un homicidio como femicidio debe probarse que ocurrió en un contexto de violencia de género” y, pese a que los allegados de Valeria dan cuenta de la violencia que rodeaba al vínculo, ella considera que esa afectación previa no está probada.

Por eso sus familiares no tienen consuelo. “Estamos en un país donde parece que hay que rogar, exigir, exponerse para que las cosas mínimas se cumplan. El Estado está ausente, y la justicia no se hace” finalizaron, con pena.

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