FUTBOL ARGENTINO

Boca se desahogó recién en los penales, y gritó campeón

Fue 1 a 1 con Banfield en San Juan. Terminó el partido con 9 jugadores. En los penales acertó y se quedó con la Copa Maradona.
lunes, 18 de enero de 2021 · 00:38

Buffarini tomó carrera, dio unos pasos cortitos, cruzó el remate de derecha, y la pelota se escurrió por debajo del cuerpo de Arboleda. Fue el penal definitorio de la serie. Con ese remate, Boca ganó la Copa Diego Armando Maradona. El torneo inventado para el año de la peste. A días de haber perdido con el Santos la semifinal de la Libertadores, el equipo de Russo tuvo su momento de desahogo, tras un sufrimiento indecible: Banfield le había empatado el partido en el último minuto del tiempo adicionado.

Fue un partido muy táctico, jugado con mucho cuidado por los dos, cada uno tratando de hacer lo mejor dentro de sus posibilidades. Por lo tanto, no fue un buen espectáculo, no, al menos, atractivo desde el juego. Fue, eso sí, muy emocional. Sobre todo en los momentos definitorios. Boca lo empezó ganando en el segundo tiempo con un bombazo de Cardona, su mejor jugador en este encuentro. Pero después lo expulsaron a Mas, se lesionó el Pulpo González, quedó con 9, y vino el último centro, y Lolo la cabeceó con una suavidad exasperante, y la pelota que entra por el rincón, con Andrada acompañando sin llegar: final de partido, 1 a 1. A los penales.

La bronca de los jugadores de Boca amenazó con descarrilar a todos y entrar en una ejecución de penales inestable. Se les había escapado el triunfo, el campeonato, el torneo que quería ganar sí o sí para disimular el mal trago de la Libertadores. Russo los juntó en el medio de la cancha. Buscó sembrar un poco de paz en el agitado y disminuido equipo. Trató de que tanta bronca no hiciera que las pelotas se fueran por arriba del travesaño. 

El primer penal lo pateó Tévez, y fue una buena señal: esquinado, al lado del palo, rasante, con velocidad. Arboleda se tiró para ese lado y no llegó. La serie se fue cumpliendo con ejecuciones impecables. Hasta que llegó el "corcho" Rodríguez. Tomó carrera, y levantó el remate, que besó el travesaño y se fue a la tribuna. Allí recién pudo hacer Boca la ventaja en la serie. Y la mantuvo hasta Buffarini y ese remate final que se le escurrió al arquero del Taladro.

Boca celebró como si hubiera ganado el campeonato del mundo. Fue puro desahogo. No era para menos. La espina duele, ahora, un poco menos. Y se llevó la Copa con ese nombre emblemático, parte de su propio mundo. El mundo Boca.

 

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