La inesperada salida de Christian Horner ha provocado una sacudida profunda en la estructura de Red Bull, equipo que hasta hace poco dominaba la Fórmula 1 con autoridad. Este cambio ha dejado a la escudería austriaca en una posición más vulnerable, enfrentando derrotas frente a rivales como McLaren y perdiendo la supremacía que había consolidado en temporadas anteriores.
Durante este período turbulento, Max Verstappen ha sido el único piloto capaz de mantener el prestigio de Red Bull en la pista, mientras que las decisiones en torno a la segunda butaca han generado conflictos y resultados insatisfactorios. La salida de Sergio “Checo” Pérez, seguida por la incorporación de Lawson y ahora Tsunoda, no logró estabilizar el rendimiento esperado, reflejando un problema interno que se atribuye a la gestión de Horner.
Christian Horner, quien fue clave en el éxito inicial del equipo, parece haber perdido el control y la capacidad para establecer las bases del triunfo. La marca de la bebida energética decidió poner fin a su liderazgo, evidenciando que en la Fórmula 1 moderna nadie tiene un puesto garantizado, ni siquiera figuras que parecían intocables como Horner y Helmut Marko.
En medio de esta transición, Ralf Schumacher, ex piloto y actual analista de Fórmula 1, ofreció un análisis contundente sobre la situación. Según el alemán, Horner “Tenía mucho más poder que nunca y se comportó de forma diferente. Y le salió el tiro por la culata”.
Schumacher agregó que “Horner causó mucho ruido, la atención se centraba en él y no en el equipo. No pudo trabajar bien ni actuar con responsabilidad”, destacando cómo la influencia del británico se fue debilitando mientras los resultados deportivos empeoraban. La inestabilidad mostrada por Verstappen también fue un factor decisivo en la decisión de relevar a Horner.
Actualmente, las decisiones en Red Bull recaen en dos figuras clave: Oliver Mintzlaff, CEO de Proyectos Corporativos y Nuevas Inversiones, y Chalerm Yoovidhya, co-propietario de la marca. Ambos asumieron el riesgo político de cambiar la dirección del equipo para evitar una caída mayor. Ralf Schumacher señaló que “todo cambió con la muerte de Dietrich Mateschitz”, el mentor original de la escudería, lo que ha influido en esta nueva etapa.
La salida de Horner abre un escenario lleno de interrogantes sobre el futuro de Red Bull en la Fórmula 1. La escudería, que fue símbolo de precisión y efectividad, debe reinventarse para recuperar su lugar dominante. Además, está pendiente la definición sobre si Max Verstappen continuará siendo el estandarte del equipo o si habrá cambios en la alineación de pilotos.