El futuro ficticio al que transportan ciertas películas de ciencia ficción, transcurre en un mundo imaginario que no es precisamente el ideal, sino todo lo contrario. Es una realidad indeseada como la que -desde abril y salvando las distancias- padece el MPN.
Tan ficticio e impensado resulta este presente que hasta lo ha despojado de aquella condición de única fuerza política provincial, que ostentaba con orgullo. El frente que lo destronó y que conduce el gobernador electo, Rolando Figueroa, también es provincial y abraza los principios de federalismo, autonomía y autodeterminación, aunque con el impulso de lo nuevo (y así lo entendió mayoritariamente el electorado).
Desde aquel traspié todo ha sido cuesta abajo. No pudo presentar candidato a intendente de Cutral Co y tropezó en Plaza Huincul, donde el jefe comunal Gustavo Suárez perdió frente al candidato de Figueroa (Claudio Larraza) y se quedó sin reelección.
Luego vinieron las PASO en las que se pronunció la debacle: quedó cuarto detrás de los candidatos de Arriba Neuquén (expresión local de la Libertad Avanza), Juntos por el Cambio (que dirimió candidaturas) y de Unión por la Patria. El MPN fue a esa contienda con boleta corta (es decir sin la categoría presidencial, lo que supone una desventaja) y la cosecha de sus precandidatos a diputados nacionales fue magra.
El partido sumó 34.993 votos (9,03% del total) que se distribuyeron de la siguiente manera: el ministro de Turismo y candidato tanto de la conducción partidaria (Azul) como del gobierno provincial, Sandro Badilla, logró 29.767 votos (7,69%) y su rival, el ex concejal capitalino Hugo Rauque, tuvo el acompañamiento de 5.226 votantes (1,35%). La dimensión de la derrota fue tal que el partido fue superado, incluso, por los votos en blanco que sumaron 46.936 y representaron el 11,81%.
Estuvo, además, muy lejos de los candidatos que tuvieron el impulso de precandidatos presidenciales: Nadia Márquez (Arriba Neuquén - La Libertad Avanza) logó 128.837 votos (33,26%) y la siguieron Francisco Sánchez (Juntos por Cambio) 51.158 votos (13,21%), Leticia Esteves (Juntos por Cambio) 30.701 votos (7,93%) y Pablo Todero (Unión por la Patria) 62.008 votos (16,01%).
Lo que viene, para el MPN Azul, son dos comicios municipales (ambos en septiembre) en los que, se entiende, les resultará difícil cantar victoria. Uno de ellos es en Plottier, donde Figueroa y la intendenta Gloria Ruiz (que además es la vicegobernadora electa) impulsan a Luis Bertolini, funcionario municipal que conduce la secretaría de Desarrollo Urbano.
El otro es en Rincón de los Sauces, donde la intendenta Norma Sepúlveda va en busca de su reelección y si bien es cierto que se fotografío con Badilla, también lo es el hecho de que Figueroa fue especialmente invitado por Guillermo Pereyra y Marcelo Rucci (conductores de la línea Azul y Blanca petrolera) a acompañarla en uno de sus actos. Dicho esto, será una victoria que se adjudicará el espacio petrolero que lleva la bandera azul y blanca en la interna del MPN .
Luego quedarán las municipales de Villa La Angostura y, el mismo día, las generales de octubre a las que irá con la necesidad imperiosa de comenzar a levantar, aunque el escenario se sabe en extremo complejo por la simple razón de que las expectativas estarán puesta en las presidenciales.
No obstante los cerca de 35 mil neuquinos que renovaron el respaldo al partido en el momento más crítico de su historia y todos aquellos que (entre dolidos y enojados) sufragaron en blanco, merecen un esfuerzo militante de toda la clase dirigente que, a decir verdad, no se vio. Al menos no en ciertos casos. Tras el escrutinio de las Primarias, militantes y dirigentes históricos expresaron su fastidio por lo que consideraron el escaso compromiso de referentes que ocupan cargos en los ámbitos legislativos y de gobierno.
La exteriorización de la autocrítica, el llamado a la reconstrucción y la convocatoria amplia aún no ha llegado. Hay varios que esperan la palabra de sus jefes y jefas. La esperan desde abril y tal ha sido la profundización de esta crisis, que varios de los (ya distanciados) que sostenían que debía acelerarse el regreso de Figueroa para barajar y dar de nuevo, ahora se preguntan si le conviene. Pero, vaya a saberse. El hecho es que en lo formal, Figueroa nunca se fue. Y que, por el momento, sus prioridades son claramente otras; entre ellas, la gobernabilidad, las cuentas de la provincia, la selección de perfiles para los cargos de conducción y la construcción de estrategias frente a un escenario nacional que se sabe incierto. El MPN tiene sus tiempos y la planificación sus urgencias.
Por lo pronto la construcción de poder no se agotó en abril. Por el contrario, siguió y seguirá su proceso con la particularidad de que Figueroa fue el único dirigente provincial que resultó indemne al huracán Milei. Es más, hasta capitalizó el batacazo. Comunidad, su partido, no presentó precandidatos a diputados nacionales; pero una de las integrantes del frente de partidos con el que ganó las provinciales, Nadia Márquez, fue la más votada en las PASO y es su componente libertario.
Figueroa construye. Se ha reunido con autoridades nacionales, también con directivos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y con el embajador de Israel en la Argentina (en todos estos casos junto al gobernador Omar Gutiérrez). También con los intendentes electos y en funciones del MPN, con los que incluso dialogó sobre el panorama electoral a nivel presidencia de la Nación.
En fin, las cuestiones de gestión y las decisiones políticas que trajeron al MPN a este presente son historia y hasta resultaría tedioso enumerarlas. Lo nuevo y evidente es que se ha profundizado el proceso migratorio hacia las filas de Figueroa y que deberán tomarse decisiones para resolver una urgencia que ha demostrado ser más seria de lo que se pensaba. Los pasos que se den de aquí en más pueden ser decisivos para la suerte inmediata del partido.