EDITORIAL NEUQUINA
La Navidad política entre los que se quedan y los que se van en Neuquén
El cimbronazo institucional cumple su ciclo, con la resolución política del affaire Gloria Ruiz.Ya nadie, o en todo caso, pocos, guarda aquella costumbre de armar el arbolito y dar por inaugurado el tiempo navideño en el Día de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre; en fin, las costumbres nunca se pierden del todo, van más allá de dogmas, religiones, coyunturas sociales y económicas, y, aún, culturales. Tal vez sea por eso que la Navidad política llega este año con ánimos de balances optimistas, con el primer año del gobierno de Milei oscilando entre lo grotesco y lo positivo, y, en Neuquén, con un cimbronazo institucional muy fuerte, tan fuerte que quizás vaya más allá de quienes lo protagonizaron...en medio de luces de arbolitos y papá noeles todavía muy flacos y con poco para repartir.
Como se dijo en esta columna hace ya tiempo, la política decidió la suerte de la vicegobernadora Gloria Ruiz mucho antes que la Justicia, y ahora eso se concretará. En la semana que comienza entregará su informe la Comisión Investigadora. Irá, con un cúmulo relativo de mala praxis institucional probado, a la Comisión de Asuntos Institucionales; y, de allí, al recinto, para que se vote la inhabilidad moral de la funcionaria. Es muy posible, por tanto, que Ruiz, con sus demandas, apelaciones y amontonamiento de rencores varios, pase a revistar por fuera del proceso político que la llevó a ser la cabeza del Poder Legislativo en Neuquén. Volverá, se supone, a su casa, y, tal vez, pase a ser una referente de otros desencantados con la manera en que el gobernador Rolando Figueroa conduce el proceso político neuquino, entre la renovación y la continuidad, para disparar desde esa zona en minoría circunstancial, y conseguir manotear algo en el reparto de bancas y expectativas que serán las elecciones del año 2025.
La política es una materia en movimiento, con mucho de líquido, con estructuras moleculares rápidamente adaptables al ambiente. En esta definición, el río puede correr caudaloso y mayoritario, pero inevitablemente tendrá cauces secundarios, arroyuelos, que podrán o no ser dañinos o beneficiosos. Es fácilmente constatable que el río principal pasa encajado entre las riberas que Figueroa ha delimitado; pero también es cierto que hay arroyos mezclados entre el rencor y el simple cálculo de conveniencia, que se verán correr en el año electoral. Una parte del PRO, que nunca aceptó mezclar su agua pura con el MPN; un sector del peronismo kirchnerista que se atrinchera en la resistencia y fantasea con motivar la fuerza del pueblo; radicales, siempre se encontrarán rompiendo antes que doblando; pero, fundamentalmente, el arroyo más grande es ya integrado por las fuerzas del cielo, en este caso, evangélicas, que buscan introducir en los genes locales la atracción grosera de las pelucas mileístas, portando grandes pancartas con los resultados de la inflación, el riesgo país, el dólar depreciado y el peso en alza, para oponer al populismo desarrollista que prima en Neuquén un liberalismo libertario que, por ahora, la sociedad neuquina mira con un distante respeto desconfiado.
En este contexto, Figueroa conduce un barco poderoso. Habiendo mejorado su estructura con algunos toques de racionalidad administrativa, está dispuesto a hacer rendir al máximo una renta petrolera que llegará a las arcas estatales con el mayor caudal de la historia de la provincia. El gobernador habla de redistribuir, pero no se corre un milímetro del timón del reparto, porque de allí surge la evidencia más fuerte del poder, que naturalmente tiene el que elige el rumbo y la manera. Es posible, entonces, que en esta Navidad de gloria a la Vaca Muerta, comience el proceso de adecuación que la líquida política necesita para dar un paso más hacia la desembocadura. Es posible que se vean cambios de nombres y funciones, como ya se ha visto en otro nivel, el municipal capitalino, que sorprendió sacando de la escena más visible a Gastón Contardi, reemplazándolo por Leonardo Carod, quien se venía desempeñando en Cordineu. El cambio no es técnico, más allá de que se trata de la Secretaría de Innovación, sino político, y puede leerse de varias maneras; una de ellas, es la motivación político-electoral como parte de una estrategia de armado compartida entre Mariano Gaido y Rolando Figueroa.
Más allá de la obsesiva mirada con foco en las próximas elecciones, es la gestión de gobierno la que manda. Neuquén superará el trance institucional del affaire Gloria Ruiz, y, posiblemente, será olvidado muy rápidamente, como ocurriera en la década del '90 con el episodio capitalino que protagonizó Derlis Kloostermann. No es muy creíble que el episodio deje enseñanzas que la política incorpore, porque la matriz corrupta de la política argentina tiene raíces muy extendidas. Servirá, sí, para que los bien intencionados -que los hay, aunque cueste encontrarlos- puedan aprovechar el momento, si tienen la habilidad suficiente para hacerlo.
La habilidad, en política, no siempre es hacer lo correcto...en realidad, casi nunca lo es. La habilidad es capitalizar lo que conviene, saber leer el momento. Y todo podrá discutirse, aunque es de desear, que se discutan acciones y no palabras, para que Neuquén progrese y mejore, para que no quede estancada en una imagen dependiente del subsuelo ancestral, y concrete en superficie una sociedad evolucionada, consciente de sí misma, poderosa.